5. Silencio
A penas entraron al departamento comenzaron un beso salvaje que puso a la omega contra la pared mientras sentía las curiosas manos de la alfa amasar su trasero con gula.
- Quítate eso -gruñó Jennie ligeramente lanzando los lentes lejos y forcejeando para sacar el suéter escuchando la risa burlona de la alfa- también los pupilentes -
Suspirando hizo lo que la omega le dijo, sus ojos descansando y sintiéndose ligeros cuando quito las lentillas cafés.
- Te vez increíble -Murmuró la omega reanudando el beso, sintiendo los mordiscos que la alfa dejaba en sus labios y la forma en que chupaba su lengua sacándole gemidos que eran opacados por los chasquido obscenos que salían de sus bocas- me encantan tus ojos -
Con rapidez las prendas fueron desapareciendo dejando a ambas completamente desnudas.
Levantando el menudo cuerpo de la omega y afirmando su agarre contra la pared, Jennie sintió el camino de besos salivosos que la alfa dejó desde su abdomen hasta su cuello donde mordió con fuerza y chupo.
- ¡No muer- mmm -solto un quejido que se ahogo en el gemido que le siguió cuando sintió a la alfa frotarse y simular embestidas-
Un toque en la puerta entonces interrumpió su momento.
- ¿Lisa? -la voz de Rosé llegó a oídos de ambas-
- Si haces ruido te dejo de follar -advirtió Lisa entrando de una sola estocada, ante eso Jennie enterró sus uñas en la espalda de Lisa asintiendo mientras mordía sus labios para guardar silencio-
- Estas ahí -afirmó Rosé desde el otro lado de la puerta, sintiendo el aroma provenir de adentro crisparle los pelos de la nuca, era demasiado fuerte- Quiero hablar contigo -dijo con firmeza-
En tanto la alfa tras la puerta terminaba de hablar, Lisa iniciaba un suave vaivén bombeando dentro y fuera siseando cuando los dientes de Jennie se cerraron en su hombro.
- ¿So-sobre qué? -preguntó desde el otro lado- Estoy con mi alfa ahora -dijo mientras afianzaba su agarre en las piernas de Jennie entrando y saliendo con más rapidez sintiendo la línea de mordidas que Jennie dejaba tratando de guardar silencio, aunque el chasquido de sus pieles chocando fuera algo fuerte-
- ¿alfa? -Lisa escucho decir a Rosé desde el otro lado-
- ¡Si! -grito, saliendo de Jennie la tiro en el sofa subiendo una de sus piernas en su hombro y entrando de nuevo con fuerza imponiendo un ritmo fiero desde el principio, Jennie había tomado un cojín para acallar sus gemidos en tanto, sus ojos lagrimeando cuando él placer se torno algo doloroso pero sólo causándole una satisfacción extraña, no podía encontrar un lugar para sostenerse correctamente-
- ¡Ah mierda no pares! -soltando un gemido alto y un lloriqueo seguido, la omega grito cuando sintió a Lisa disminuir su velocidad en una tortura, los ojos claros de esta posandose sobre su cuerpo causándole un escalofrío placentero que se extendió por toda su espina dorsal haciéndola temblar ligeramente-
- Ya veo que estas ocupada... -Murmuró Rosé sin obtener respuestas, dando media vuelta se marchó de ahí, si Lisa tenía alfa era posible que el aroma que sentía y la amenaza que esta representará se debiera a eso, solo un alfa marcando territorio-
- Date la vuelta y ponte en cuatro -ordenó Lisa cuando percibió el aroma de Rosé irse- te daré un castigo por desobedecer -
Acatando la orden con las piernas temblorosas, Jennie se giro dejando su parte baja expuesta para la alfa que solo introdujo un dedo, una de sus manos masajeando su glúteo derecho con rudeza.
- ¿Cuál era la orden? -pregunto Lisa introduciendo otro dedo y soltando una nalgada cuando la omega no contestó-
- Guardar silencio -Murmuró sintiendo el ardor en su glúteo, sintiendo luego los labios de Lisa en la zona-
- ¿Y que hiciste? -volvió a decir sacando el dedo de su interior y poner tres dígitos frente a la boca de la omega-
- Grite -dijo la omega sintiéndose regañada-
- Ahora chupa -volvió a ordenar al alfa girando a la omega para que quedarán cara a cara, Lisa sintiendo como Jennie esta lamia sus dedos tal cual paleta-
Observando a la alfa apretujar su miembro casi frente su cara, Jennie gimió inconscientemente, volviendo a su realidad cuando está volvió a entrar y la tuvo arañando su espalda.