7. Verdades
— ¿pelearon? —preguntó Jisoo mirando a la alfa por el rabillo del ojo mientras Lisa casi se iba de cara contra la mesa debido al sueño—
— ¿eh? —preguntó desconcertada tallando sus cansados ojos, había tenido pesadillas debido a los supresores y el doctor le había dicho que ya no podía seguir usándolos, estaba muy malhumorada debido a eso—
— Que si peleaste con Jennie, no te ha volteado a ver —dijo Rosé viéndola con fastidio, algo en ella ya no le agradaba, si antes se sentía amenazada ahora lo sentía el doble—
— Creo que esta enojada —dijo alzándose de hombros sintiendo el sueño llegar de nuevo— dije algo equivocado y dejó de hablarme —
— ¿Solo por eso? —preguntó Jisoo mirándola incrédula, nunca pensó que Jennie fuera tan sensible—
— Si, luego me regaño y le dije que no fuera fastidiosa —asintió bostezando, vio la hora y decidido que no iría a trabajar, no importaba si la despedían—
— Bueno si la tratas así —dijo Rosé con burla—
— No la trataré como la realeza, en estos momentos estoy cansada de que me pisotee el orgullo —dijo sin medir bien las palabras que decía gruñendo ligeramente provocando un espasmo en las otras dos— Solo quiero dormir un poco —
(...)
— Por favor preséntate —dijo la maestra, con la cabeza erguida y una postura derecha Lisa habló—
— Mi nombre es Lisa Kim, gusto en conocerlos, espero que nos llevemos bien —dijo, su tono seguro sorprendido a la profesora quien había visto a un a una beta algo insegura—
Lisa pasó al lugar que la maestra le había señalado, al lado de una omega que la veía con los ojos entrecerrados, viéndola por el rabillo del ojo, Lisa logro asustarla un poco.
— Soy Kim Jennie —se presentó en silencio cuando la clase comenzó— Un gusto Lisa —
— Un gusto —respondió la alfa poniendo atención a la clase—
Según Lisa había tomado el supresor y casi se había bañado en neutralizador, pero cuando la omega se acercó un poco sus feromonas se dispararon ligeramente.
Más tarde cuando la omega le siguió y sintió su aroma aumentar llego a la conclusión de que si quería seguir siendo beta debía tomar más de una dosis de supresores.
El inicio de la vida extraña de la alfa daba comienzo en esa clase, la 5-A de una escuela prestigiosa de la capital, donde Lalisa Manoban, era una beta llamada Lisa Kim.
Jennie Kim sólo era una omega curiosa, algo entrometida sin dudas, perspicaz. Una linda chica que por casualidad había terminado sentada al lado de Lisa.
Y sobre todo y no menos importante, Kim Jennie, la bonita omega, era la predestinado de una alfa que odiaba su naturaleza.