10. Secretos
— ¿Sigues enojada? —preguntó Lisa viendo a la omega quién la ignoro— bueno, entonces me voy —respondió parándose de su sillón—
La boca de la omega se abrió observando como se iba sin verla, ignorándola totalmente, se sintió ofendida pero posiblemente era su culpa.
Suspiro parándose recorriendo su apartamento, no era muy grande, llegó a la habitación que normalmente no se detenía a inspeccionar, cuando la alfa la llevaba ahí, no era para hablar.
Frascos de pastillas en el tocador, un spray, los pupilentes y todo pulcra mente ordenado, en blanco y gris, demasiado simple, eran frío cuando no estaban las dos ahí.
Camino al closet observando la ropa que tenía, faldas, vestidos, suéteres y blusas demasiado femeninas, frunció el ceño inspeccionando los patrones de ropa que usaba a diario, ya estaban ordenados.
Busco algo interesante observando trajes acomodados en la esquina, pulcramente planchados.
¿Por qué la alfa tenía trajes?
Encontró algunas fotos, y revistas de la farándula.
"Familia Manoban sin su heredera alfa" "¿donde esta Lalisa Manoban?" "¿Desaparecida? No se han emitido comunicados al respecto"
Observó a las personas de la portada, un hombre, una mujer y otro hombre, leyó familia Manoban, ¿la familia de ascendencia pura? Tenía entendido que eran la élite pero nunca los había visto... ¿Tenían una heredera también?
¿Quien carajos era Lalisa Manoban y porque Lisa tenia eso?
(...)
— La dosis de supresores está matando a tu lobo —suspiro el doctor con pesar viendo a la alfa frente a él— temo que, si no la suspendes corres el riesgo de perder todos tu rasgos dominantes, perdiendo incluso un posible rango beta y morirás —La alfa suspiro escuchando por tercera vez lo de siempre.
— Actualmente tomas una dosis cada 4 horas, vas a reducirla gradualmente, 6 horas, 8 horas, 10 horas, 12 horas y después dejaras de tomarlas —dijo comenzando a anotar— también necesitarás vitaminas y dejar de usar neutralizador —
— ¿Hay alguna forma de acelerar el proceso? —preguntó la alfa resignada, era cierto, ya había perdido la cuenta de cuando fue la última vez que se mostró como era, no sólo como alfa, sino como persona —
— Necesitarás más auto control que nunca —advirtió— no será sencillo —
— Si, lo se desde que me recetó las primeras dosis —suspiro con cansancio—
— Entonces haremos lo siguiente...
(...)
— ¿Sigues aquí? —preguntó Lisa cuando entró al departamento, la receta de medicamentos en mano y su bolsa con ellos en la otra—— Acá estoy —la voz de Jennie llegó a los oídos de Lisa— ¿que es eso? —preguntó observando la bolsa que Lisa sostenía, podía ver un frasco en ella—
— Vitaminas —respondió Lisa cerrando la puerta tras ella, pasando al interior miró la revista que Jennie traía en manos— ¿Qué es eso? —cuestiono cómo si no supiera—
— ¿Acaso no lo sabes? —dijo alzando la ceja—
— No, supongo que Irene la dejó aquí —Murmuró, la cara de Jennie frunciendose debido al enojo—
— En tu habitación, una mujer entró y al parecer ahora deja cosas aquí... —
— Si, ella es...
— ¡Y con un demonio que eres una sucia! —el grito de Jennie interrumpió sus palabras— ¡Me estas diciendo que ahora también te revuelcas con otras! —
— Es... —Lisa trato de completar la oración, el golpe de Jennie descolocandola totalmente—
— ¡Que importa! Si de todas formas Min-ho lo hace mejor —escupió las palabras con veneno—
La cara de Lisa cambió drásticamente y sus lentes cayeron al suelo rompiéndose, Jennie pareció volver a la realidad unos segundos después.
— No es...
— Irene es la prometida de mi hermano —dijo Lisa recogiendo sus lentes— ella vino a traerme la invitación a su boda —Murmuró señalando a la barra de la cocina donde una invitación reposaba— pero ahora solo quiero que te vayas —