Everywhere At The End Of Time

B1 - All that follows is true

El amanecer comenzaba lentamente con los primeros rayos del alba que rompían toda la oscuridad en la que estaba inmensa la noche. Yo veía aquel espectáculo desde el balcón de aquella gran mansión. Sostenía firmemente la copa de champaña que estaba en mi mano derecha mientras la removía suavemente dejando que el liquido dorado se bamboleara de forma.

Aquella noche fue un desastre para jamás olvidar.

Removí mi cuello para desperezarme, tenia horas sin pegar el ojo. Algunas 20 para ser más precisos.

Me gire sobre mis ahora pies descalzos. Luego de usar tacones tanto rato realmente no podía agradecer más que mis pies sintieran el frío del piso.

Me adentre a lo que era nuevamente aquel edificio, mientras que la música suave del recuerdo de aquella fiesta resonaba en un toca discos a la distancia. Acomode cada uno de mis cabellos rizados. En aquel ambiente de burbuja de en sueño fui avanzando por los pasillos donde había personas tiradas durmiendo. Evitando con cuidado no pisar a alguno.

Tarareaba de vez en cuando. Mi mente se centraba en la idea de que debía hacer un desayuno, tratar de que, si quedaba dormida, que al menos tener el estomago lleno disminuyera la probabilidad de resaca.

El delantal lo acomode mientras mis pasos algo tontos que trataban de seguir un baile de salón con aquella canción que parecía jamás acabarse.

Sentí entonces como sus brazos me rodearon suavemente desde atrás, haciendo que me sobresaltará un poco, se suponía todos estaban más que dormidos ebrios... Quizá inconsciente en muchos casos.

Beso suavemente mi nuca. Yo reí.

—¿No debería estar al lado mío en la cama señorita? — mi sonrisa sin duda era algo que no podía borrar de mi rostro al escuchar su voz.

Me giré, pero tan pronto como lo hice sus brazos se acomodaron para hacerme bailar bajo su guía. Pasos hacia delante, hacia la derecha, hacia atrás y por último a la izquierda. El patrón básico de baile para guiar un vals.

Sus manos me sostenían firme de la cintura y la otra tenia el agarre más cuidado conocido por esta servidora.

—Debería, pero te vi descansando — estaba conmovida en aquel momento por la mirada que me daba. Quien diría que eran los mismos ojos severos.

Oh, pero solo con su compañía señorita Chifflet — no pude evitar reír nuevamente.

Aquellos orbes de color ámbar me inspeccionaban lentamente como si trataran de recordar todo lo que habíamos hablado durante la madrugada.

Yo arquee una ceja en su dirección, una risa muda tomo presencia en mi ayudándome a evitar su inspección.

—¿Y que me dices? —cuestionó buscando respuesta.

—Neah D. Campbell— le llame como si fuera un regaño. Él soltó su agarre como si se hiciera el inocente.

La noche anterior el baile era un lugar insoportable pues con todo lo que implicaba ser burgués el ambiente era tenso. Pero entonces, me lo tope a él. Un hombre que quería dominar el mundo de la forma más extravagante del mundo. Un hombre que me ayudo a hacer que todos bebieran en exceso sin que se dieran cuenta.

Un hombre que me pidió que huyera aquella noche con él de aquel lugar.

Un hombre, al que le rechace esa oferta hora a hora e insistía entre besos y risas.

Entonces rebusco entre sus bolsillos rápidamente. Yo ahora era quien observaba con detenimiento.

Me dio un pañuelo.

—Solo promételo— comentó suavemente. Mientras tomaba mis manos para besar mis nudillos.

El añoraba un reencuentro pues aquella burbuja en que la música armónica que nos a dejaba fluir como un par de conocidos de años estaba por romperse.

Quizá fuera el destino. Quizá solo aun estábamos bastantes bebidos.

—Lo prometo—

Vi como sus ojos brillaron, sabia que los míos lo habían hecho igual ante aquella afirmativa que yo misma di.

—¿Desayunamos? —.

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