Secretos de sanguijuelas

12 4 3
                                    


Lo primero que divisé fue una enorme estantería llena de libros justo detrás de un escritorio que contenía papeles desorganizados. Lo único que iluminaba la habitación era una pequeña antorcha, las cortinas estaban cerradas impidiendo a la luz de la luna entrar por el balcón.

Horikoshi se encontraba en su escritorio escribiendo sobre un pergamino, ni pareció notar mi presencia.

Cerré las puertas detrás mío y avancé mientras me temblaban las manos, maldije entre dientes tratando de tranquilizarme.

-Siéntate Ryuu-

Tomé una de las sillas mas cercanas y me coloqué justo delante de él, tardó unos segundos en terminar su escritura para luego apartarla y mirarme.

-Quiero que me cuentes que ha pasado en donde Sadao-

Inhalé profundo y comencé desde que salí de Misuugh hasta que regresamos a Naitoshedo Hereboso, lugar que se encontraba en un pequeño mercado rodeado de bosques.

Me estremecí en la silla antes de seguir.

-Pero... Hay algo, que me tiene preocupado-

-¿Qué es?-

-Cuando peleaba con Koyama, me lanzó alguna clase de maldición, no lo sé. Pero cuando intenté usar a Hyric contra él ya no me respondía, sentí como si tironearan de mi y por un momento no pude moverme. Miré a Hyric, pero era un completo extraño. En sus ojos, no se veía más que un lobo solitario actuando en acuerdo con sus instintos. En un instante, me rugió pero luego se alejó de mi-

La expresión de Horikoshi cambiaba mientras hablaba y me ponía aún más nervioso.

-Si le hablas ahora ¿te responde?-

Asentí con la cabeza y me pidió que lo invocara.

-Dice que no quiere-

Horikoshi se quedó pensativo y luego se puso de pie alejándose de su escritorio.

-Sabes, también hay algo que debo contarte. En Misuugh, cuando Renzo apareció y ustedes se fueron. Me dijo que no estaba ahí para pelear, y me pidió que hablara con él. Claro que no iba a hacerlo, pero dijo algo que me pareció muy interesante-

Mi curiosidad salió y me acomode en mi lugar para prestarle más atención.

-Estuvimos hablando y mencionó a Sadao, lo buscaban desde hacia tiempo-

-Pero para qué, no tiene nada de especial-

Me pare de golpe, molesto. Me parece ingenuo lo que trataban de hacer esas sanguijuelas, era una locura tratar de asesinar a un chico común y corriente. Tras mi clara exaltación Horikoshi hizo ademán de que me calmara y tomé asiento de nuevo.

-Aún no tenemos información sobre él, no tiene familia y no sabemos de donde viene-

-Y por eso se lo entregaremos a esas sanguijuelas asquerosas?! Yo mismo vi como lo atacaba un kamaitachi- Ni siquiera me daba cuenta de que le estaba gritando a mi segundo padre, me miró y baje la mirada; de nuevo me sentí impotente.

-No estoy diciendo eso, le daré guardias menores con algunos de los chicos y lo entrenaremos hasta que sepamos quién es. Pero eso no es todo. Renzo mencionó algo interesante sobre él-

-¿Qué fue lo que te dijo?-

-Decírtelo sería como liberar a una oveja en medio de una manada de leones, tendrás que esperar-

Antes de que pudiera protestar Horikoshi mencionó una cosa más.

-Sin embargo eso no es lo que más me preocupa- El lugar se tornaba oscuro alrededor de aquel hombre.

-Renzo, mencionó que el fin de los días estaba cerca, con lo que le hicieron a Hyric está claro que no solo están tras de Kenji, si no de toda la Naitoshedo Hereboso-

-Pero eso es imposible, Somos mucho más fuertes que ellos-

-Pues si estuvieron dispuestos a tendernos esa trampa y a atacar al más fuerte de este lugar... comienzo a dudar eso-

-Pero-

-Renzo dijo que tenían un arma escondida, algo que acabaría con la humanidad en cuestión de segundos. Algo que....podrían utilizar para ejecutarnos a todos-


----------------------------------- -

BAJO LAS ALAS DE LOS DIOSESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora