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Capítulo 4 "La noche"

—¿Crees que puedas conseguir o recrear los materiales que faltan? —cuestionó Devora a Tony.

—Dame chatarra, unas pocas herramientas, y haré una maravilla tecnológica... pero armar todo eso desde cero, sin mi taller, sin la ayuda de Bruce y con los recursos económicos tan limitados como ahora, podría tardar... con algo de suerte, mínimo ocho años —respondió pensativo e intranquilo.

Dejar su mundo tanto tiempo no era cualquier cosa. Thor debía regresar a Asgard, después de todo era el príncipe heredero. Aunque Tony estaba un poco más tranquilo sabiendo que su empresa estaba en las capaces manos de Pepper, le preocupaba lo que ocurriría en su ausencia. Steve seguramente se encargaría del equipo, y conociendo a Bruce y Peter, trabajarían incansablemente en arreglar el arco para llevarlos de regreso. Sin embargo, entre los millones de mundos existentes, sería muy poco probable que pudieran encontrarlos, incluso si lograban hacerlo funcionar.

Miró a Strange, quien se encontraba sereno. A diferencia de Tony, la ausencia del hechicero supremo era un verdadero problema para la realidad en la que vivían. A pesar de eso, Tony se sentía aliviado de que, entre todas las personas que podrían haberlo acompañado en este viaje dimensional, fuera Stephen quien estuviera a su lado.

Percibiendo la incomodidad de Tony, Strange sonrió cálidamente y posó una de sus temblorosas manos sobre su cabello.

—Tranquilo, Tony. Lo resolveremos.

El gesto no pasó desapercibido para Devora, quien carraspeó ligeramente para llamar su atención, disimulando su sorpresa.

—Igual deberían intentar hablar con la Liga de la Justicia. Quizás podrían ayudarles en algo. Sugiero que busquemos a Batman —comentó, insinuando que esa podría ser su mejor oportunidad para reducir el tiempo de su estadía.

—Pues no perdemos nada intentándolo —aceptó Strange, tras analizar las pocas opciones que tenían y considerando que no había una idea mejor.

Al caer la noche, salieron a las calles para adentrarse más en Gótica, sin un rumbo fijo, guiados por Devora, quien intentaba inútilmente mejorar los ánimos del grupo.

La oscuridad parecía envolver la ciudad. A pesar de las luces de los edificios y las farolas, no lograban disipar el ambiente siniestro.

Las personas parecían distintas, por alguna razón. "El verdadero ser de la gente en Gótica", explicó Devora mientras daba una breve descripción de la locura latente en todos.

El olor a humedad impregnaba el aire, llenando sus fosas nasales.

No era un lugar donde alguien pudiera vivir tranquilamente. Por suerte, ellos no corrían peligro alguno, a diferencia de los ciudadanos que se resguardaban en sus hogares. Los pocos transeúntes caminaban con prisa, ya fuera regresando de sus trabajos, mendigando en callejones, o buscando diversión en fiestas nocturnas. Entre ellos, también había niños sin hogar y posibles delincuentes al acecho. Todo era evidente si se observaba con atención.

Al llegar al centro, escucharon disparos resonar cerca, haciéndolos detenerse en seco. Para su sorpresa, ninguna de las personas a su alrededor se inmutó y continuaron con sus actividades.

Thor giró su martillo con fuerza y despegó hacia el cielo, provocando que la gente a su alrededor se alejase instintivamente.

Stephen suspiró. Evidentemente, el dios del trueno no sabía cómo ser discreto, y Tony tampoco. Apenas tuvo tiempo de ver cómo la armadura de Iron Man se desplegaba antes de que este volara tras Thor.

—¿Simplemente nos van a dejar aquí? —preguntó Devora, cruzándose de brazos.

—Así son ellos, pero no veo problema en que vayamos también. Solo no te separes de mí —ordenó Strange, mientras se colocaba sus anillos. Su vestimenta habitual apareció, reemplazando los jeans y la camisa que llevaba.