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Capítulo 9 " enfrentamiento "

—¿QUÉ? ¡Mierda! ¿Por qué hiciste eso? —reclamó Stephen al escuchar que Bruce le había revelado todo a Tony.

—Solo les di un empujoncito —minimizó Batman sin prestarle demasiada importancia.

—Debes estar bromeando. Si alguna vez tuve una oportunidad, ahora puedo olvidarme de ella. En verdad que me arruinaste, Wayne.

—¿Disculpa? Yo no tengo la culpa de nada. Además, ¿qué querías hacer, Strange? Aunque me cueste admitirlo, Tony es un maldito genio y quién sabe cuánto tiempo tardaría en terminar su dichoso arco. Y puedo asegurarte que si eso pasa y regresan, no tendrás ni una oportunidad con él, porque te tengo noticias, mago de pacotilla: "Lo hubiera elegido a él" y no a ti. Si seguías sin hacer nada, lo único que lograrías sería regresar a su dimensión sin siquiera decirle lo que sientes y completamente miserable por lo cobarde que has sido.

Habían pasado un par de días sin que Stephen se encontrara con el genio ni una sola vez, lo que le causaba, aunque algo de tranquilidad, también cierta preocupación. Buscaba y preguntaba a todos con los que se cruzaba, pero no obtenía ninguna respuesta favorable.

Tony Stark había desaparecido.

Aunque el resto de la Liga se había unido en la búsqueda del mecánico, no lograban dar con él.

Para ser una persona tan llamativa, Stephen podría asegurar que Tony era bastante bueno ocultándose de todos cuando quería. Ni siquiera los trucos de Constantine o los suyos propios lograban dar con su paradero.

—Seguramente ahora no querrá volver a verme —se lamentó, resoplando con frustración.

—No exageres, Stephen. Solo necesita tiempo para pensar. Ya verás que regresará cuando esté listo, y entonces podrás tener tu respuesta.

Un todo o nada. Eso era justamente lo que el Hechicero Supremo trató de evitar a toda costa y ahora, gracias a esto, tenía que esperar.

—El estúpido de Stark es en verdad bueno para ocultarse, pero te aseguro que cuando esté listo podremos encontrarlo, y tú serás la primera persona a la que le avisaremos. Ahora, largo de aquí —hizo una señal con la mano para que desapareciera de su vista.

—¿No crees que has sido un poco duro con Strange? —cuestionó Clark, entrando después de que Stephen se marchara por uno de sus portales.

—Tú deberías abstenerte de escuchar conversaciones privadas, aún más si soy yo quien está hablando —regañó Bruce, dejando de lado lo que hacía en la enorme computadora de su cueva.

—No pude evitarlo. Esto ya te ha involucrado demasiado, cariño —se acercó, tomándolo de ambas manos.

—Bueno, esto empezó con una riña fingida por parte de nosotros para ayudar a que ambos dejaran de ser unos idiotas y confesaran lo que sentían el uno por el otro.

El recuerdo de cómo Clark llegó a verlo con un cursi ramo de flores y una eufórica confesión resonaba en sus pensamientos, haciendo que un muy ligero rubor se asomara en él.

—Sé muy bien que gracias a lo que dijo Tony pude decidirme por ti sin tener más remordimientos y olvidándome de todos los prejuicios que tenía —comentó Superman con una cálida sonrisa en su rostro.

—Sí, porque Stark nos ayudó a estar juntos es que me importa tanto que realmente sea feliz y que no por un antiguo amor arruine su vida —suspiró, dejándose envolver por la loción de Clark. Si no se daba cuenta ahora, podría apostar que su amigo se arrepentiría por siempre, y en verdad no quería ver que eso pasara. Después de todo, había comenzado a tomarles cariño.

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Debajo de sus ojos, todos podían denotar un par de grandes ojeras bordeándolos.