Desde muy pequeña, a Magrita se le dijo que sería la princesa más amada por el emperador.
Todos los días era educada por diversos instructores que le enseñaban arduamente acerca de la historia de Obelia, el arte, la danza, idiomas, modales y etiqueta, e incluso complicados aprendizajes como psicología o magia básica.
Ella se esforzaba día y noche sin descanso, pues anhelaba una familia perfecta, en donde podría tener el amor incondicional de su padre y todo lo que deseará a su alcance.
Roger Alfierce le repetía sin descanso que ella sería la luz que guiaría a Obelia hacia la paz , y sería el tesoro más preciado de Claude, lo que hacía crecer más su ego y su sed de poder.
-Seré la mejor, y por fin, seré amada por mi padre. Pronto será el momento de estar a su lado y tener a mis pies al pueblo de Obelia.- pensaba.
Pero, aquel momento nunca llegó.
La noticia de que el emperador tenía una hija, la cual había caído enferma se esparció rápidamente por todo el reino.
Todos hablaban del gran pesar que invadía el corazón de Claude y el ambiente lúgubre que se vivía dentro del palacio imperial, así como del gran anhelo del emperador por ver a su hija despertar una vez más.
-Incluso se ofrecen grandes riquezas a quien pueda mejorar la salud de la princesa, quien ha pasado 4 días inconsciente... ¡Ese idiota!- decía Roger con gran desesperación mientras le exigía más y más a la chica de cabello castaño.
"No seas una idiota como el. Debes ser inteligente y sobrepasar a esa mocosa entrometida", "deja de holgazanear o tu padre no te amará jamás", "el ya no te amara si Athanasia llega a despertar, así que no descansarás hasta que hagas las cosas bien"
Para Jeanette, esas palabras se volvieron habituales, y se sentían siempre como agujas clavadas en su pecho. Su sueño de ser la princesa heredera peligraba por culpa de la princesa Athanasia.
Eso la enfurecía día a día, llenándola de dudas e hiriendo profundamente su corazón, lo que hizo que por primera vez desatara el poder de la magia negra que en ella residía.
-Desearía que la princesa Athanasia no despierte jamás...
Y así su deseo, se volvió realidad. Tiempo después se supo que la princesa no despertó en un largo tiempo, lo que reconfortó el corazón de la pequeña Magrita.
Sin aquella princesa en su camino, ella podría ganar él cariño de su padre, y así ser la única en su corazón.
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Esta no es la historia que pedí
RomanceLa vida da muchos giros. Sucesos del pasado pueden cambiar el rumbo de nuestro futuro, y en una vida donde he sido abandonada por todos, mi única esperanza de vivir es luchando por ello. Aquella historia me llena de sentimientos encontrados, y en la...