La vida da muchos giros. Sucesos del pasado pueden cambiar el rumbo de nuestro futuro, y en una vida donde he sido abandonada por todos, mi única esperanza de vivir es luchando por ello.
Aquella historia me llena de sentimientos encontrados, y en la...
-Si aceptó ese compromiso, ¿Dejarías ir a mi hija? ¿Le perdonarías la vida a Atheia?
Claude quedó atónito. Abandonó deprisa la habitación, evadiendo la pregunta de Athanasia y dando por terminada aquella caótica reunión.
Su mente estaba demasiado nublada como para entender bien su posición, y un repentino dolor punzante en su cabeza le impedía pensar con claridad. En este punto ya había perdido el rumbo del bien y el mal. Aquella culpa le había hundido en la miseria.
De camino al Garnet, se encontró con Felix, quien le anunció la pronta visita de la pequeña Atheia. Dirigió una mirada profunda al pelirrojo y dijo:
-Dile a esa perra que no venga. No tengo ni el mínimo deseo de verla. Lo que menos quiero es ver su asqueroso rostro.
Y dicho esto, entró en su habitación y cerró las puertas.
Felix se encontraba sumamente confundido, pero aliviado de que aquel monstruo al que llamaba emperador había perdido el interés en la pequeña.
Antes de salir del palacio, se encontró con Lucas, quien llevaba consigo a la pequeña Lucy dormida entre sus brazos.
-Joven mago, el emperador ha cambiado de parecer, se encuentra indispuesto y ha pedido que nadie le moleste, disculpe los inconvenientes.
En ese momento, la princesa Athanasia interrumpió aquel encuentro. Desesperaba necesitaba una respuesta que sólo Claude podría darle.
Al ver a Lucas con la niña en brazos, no pudo evitar abrazarlos. Su instinto de protección salió a la luz una vez más, y tomando a la pequeña de los brazos de Lucas, comenzó a tararear para ella una canción de cuna.
-Ya, ya... mami está aquí- susurraba Arthy mientras acariciaba el rostro de la pequeña.
Aquella escena conmovió profundamente a Felix, que aunque creía en la palabra de Lucy, aún era difícil para el ver a la princesa Athanasia y al gran mago imperial como los padres de la pequeña.
-Sir Lobain, como podrá ver, cuidar de NUESTRA HIJA jamás será ningún inconveniente, y agradezco el comunicado, pero creo que nuestros asuntos con el emperador son algo que no debe esperar. Ahora qué la verdad ha salido a la luz, y la princesa está al tanto de todo, creo que es de suma importancia que el emperador nos dé algunas respuestas.
-Lucas, ¿no podemos esperar un poco más?- interrumpió Athanasia- tal vez podamos hacer ver a mi padre las cosas de manera correcta. Si tan solo pudiéramos hacer que....
-Athanasia, ustedes ahora son mi familia, ustedes son lo más valioso para mi, y jamás permitiré que nadie les haga daño. Debemos enfrentar esto juntos. Llegó el momento de...
-Vaya vaya, así que eran ustedes quienes estaban haciendo tanto ruido. Parece que todos quisieran morir hoy ¿no es así?
Claude se encontraba de pie tras de ellos. Ni siquiera Lucas notó la presencia del emperador que se encontraba con un aura sombría mirándolos fijamente. Una gran bola de fuego comenzó a surgir en su mano derecha, mientras avanzaba hacia ellos.
-Al parecer todos han decidido traicionar al imperio. Esta es una ofensa que no puedo perdonar tan fácilmente. Escorias como ustedes no merecen seguir viviendo.
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