Las mentiras del cruel emperador

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Después del banquete de presentación, Claude sentía que había ganado la batalla.

Athanasia se dirigía a el de forma amable, y constantemente pasaba tiempo con el. Incluso comenzó a tener tanta confianza, que le hacía grandes demostraciones de afecto.

Esos momentos eran casi tan perfectos como las vidas pasadas que Lucas le había descrito mientras trataban de borrar los recuerdos de Arthy, o almenos eso pensaba Claude, pues, aunque todo parecía el final perfecto para el emperador, las cosas en ...

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Esos momentos eran casi tan perfectos como las vidas pasadas que Lucas le había descrito mientras trataban de borrar los recuerdos de Arthy, o almenos eso pensaba Claude, pues, aunque todo parecía el final perfecto para el emperador, las cosas en el imperio de Obelia estaban muy lejos de ser perfectas...

Esos momentos eran casi tan perfectos como las vidas pasadas que Lucas le había descrito mientras trataban de borrar los recuerdos de Arthy, o almenos eso pensaba Claude, pues, aunque todo parecía el final perfecto para el emperador, las cosas en ...

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Después del banquete, la princesa Atheia dejó de ser bienvenida en las fiestas de té que compartían Claude y Athanasia, por lo que no era común verla por ahí.

Incluso en su último encuentro con el emperador, Atheia recibió un golpe por parte de Claude, quien se enfureció cuando la pequeña mencionó a Athanasia en su conversación.

Liliana York, quien por casualidad pasaba por ahí, fue quien ayudó a la pequeña, la cual cayó violentamente al piso debido a la fuerza brutal de aquel golpe. Claude ni se inmutó ante los sollozos de la pequeña, y solo se limitó a decir:

"Jamás repetirás ese nombre con tu sucia boca. La próxima vez no habrá ninguna perra para defenderte"

 La próxima vez no habrá ninguna perra para defenderte"

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