04| Encimera

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Miró por décima vez el reloj, 18:30, y su esposo aún no llegaba, un suspiró salió de sus labios. Sesshomaru solía ser demasiado puntual con su hora de llegada.

Removió un poco su cabello, para luego ponerse de pie y dirigirse a la cocina. Todo estaba perfectamente ordenado y limpio, la casa estaba impecable; ya no sabía que hacer para desaburrise, hace tiempo ya venía pensando en adoptar algún animal, una compañía no le haría para nada mal.

Abrió el refrigerador, examinando desinteresadamente el contenido de este, una sonrisa se formó en sus labios al encontrarse una caja con fresas. Sesshomaru se las había comprado para ella hace unos tres días. Con cuidado tomó la caja, junto con un bowl de crema batida que tenía guardada para hacer algún postre.

Después de lavarlas y desinfectarlas bien, se sentó en la encimera de la cocina, tomó una y delicadamente la untó en la crema, se llevó la fruta a la boca, y cerró los ojos disfrutando el delicioso y dulce sabor de esta. La crema batida y las fresas eran su conjunto favorito, sin duda alguna.

Cuando estaba por llevarse otra a su boca, sintió un poco de la blanca nata, caer sobre su escote, rió por su torpeza, y dirigió el fruto a su busto, quitando con este, la crema, suspiró al imaginar que era su esposo quien hacía ese trabajo, llevándose lentamente la fresa a sus labios.

Una descabellada idea se cruzó por su cabeza, y estaba segura de que a él le encantaría la sorpresa que tenía pensada.

.

.

.

Cerró la puerta detrás de sí, colgó su abrigo en el perchero y suspiró pesadamente, había llegado una hora tarde a su casa, todo por el estúpido tránsito.

—¿Kagome? —Llamó a su mujer para saber en dónde se encontraba.

—¡Sessh, estoy en la cocina!

El peli-plata se asomó donde su esposa, encontrándose con una grata sorpresa.

Kagome estaba sobre la encimera, sin ropa alguna, con crema batida sobre sus pezones.

Una pequeña sonrisa de lado se curvó en su rostro.

«Interesante»

Se acercó a paso firme hacia su pareja, quién tenía un fresa en su mano, ella abrió sus piernas, dejándole espacio para que él se acomodara entre ellas.

La tomó posesivamente de la cadera, su mujer sonrió coquetamente, y llevó lo que tenía en mano a su boca, haciéndole deleitar el delicioso sabor de aquel fruto, después de tragarlo, tomó con firmeza su nuca, y juntó sus labios con los de ella. Kagome se abrazó a su cuello profundizando el beso, tornándose cada vez más pasional y exigente.

Se separaron una vez que el oxígeno comenzó a faltar. Sesshomaru bajó la mirada hacia los pechos de su esposa, lamió pacientemente la crema sus pezones, sonriendo en su interior, al sentir como estos comenzaban a endurecerse, escuchaba atentamente los pequeños suspiros que en ese acto le arrebataban a la azabache, causando una incomodidad en su pantalón.

Una vez hubo terminado, atacó el otro pezón, succionando y lamiendo cada parte de la crema, lentamente subió hasta su cuello, Kagome se aferró más a él, necesitaba sentirlo por completo.

Posó sus manos sobre el pecho de su esposo, empujándolo levemente, subió su mirada hasta la de él, encontrándose con sus pupilas dilatadas y unos ojos deseosos que la miraban con hambre. Pacientemente comenzó a desabotonar la camisa de este.

—Quiero sentirte más —se excusó.

Una vez desabrochada su camisa, se la quitó por completo, al igual que sus pantalones, que ya no hacían más que solo estorbar.

Se apegó más a la figura de su mujer, acariciando su cintura y espalda, mientras ella besaba su cuello y delineaba con sus delicados dedos, cada uno de sus abdominales. Una perfecta idea se cruzó por su cabeza.

Tomó entre sus labios una fresa, y con esta comenzó a trazar un camino, desde su cuello, pasando lentamente por sus erectos pezones, continuó bajando por su vientre, llegando a su monte venus, y por fin, a su clítoris, masajeó lentamente aquella parte tan sensible para Kagome, haciendo que esta gimiera suavemente.

—Sessho... maru —suspiró mientras llevaba sus manos a la suave y plateada cabellera del nombrado.

Él sonrió levemente con la fruta aún en sus labios, siguió frotándola contra ella, suave y lentamente. Disfrutando de sus gemidos y suspiros. Bajó a su entrada, y la tocó con la fresa, para luego volver a su boca, dándole de probar la dulce fruta que había recorrido todo cuerpo, hasta terminar casi bañada en su lubricante natural.

Ella lamió y mordió la fruta con deseo, fijando sus lagunas azules en las doradas de su compañero, Sesshomaru se terminó lo restante, para luego volver a fundirse en un candente beso, mientras que con una de sus manos acariciaba la cintura de su mujer, con la otra comenzó a estimular nuevamente su clítoris, dando masajes circulares, la sintió jadear y aferrarse a su cuerpo.

—Más —ordenó mientras mordisqueaba su oreja.

Una sonrisa se le formó en el rostro al escuchar ese tono tan demandante y sensual de Kagome.

La penetró con dos de sus dedos, quienes entraron resbalando con facilidad, debiéndose a la humedad de Kagome, mientras que con el pulgar aún seguía estimulando el clítoris.

—Sesshomaru —jadeó en su oído, causando un estremecimiento en cada parte de su cuerpo, necesitaba poseerla.

Sentía el cuerpo de su compañera arder, y su "amigo" ansiaba por ser liberado.

—Sessh, entra...

Haciendo caso a la petición de su mujer, paró de estimularla para luego quitarse su bóxer, liberando su adolorido y duro pene, lo tomó guiándolo a la entrada de su candente esposa, solo un pequeño empujón y estaría dentro de ella...

Un fuerte estruendo hizo que Kagome abriera los ojos de golpe, frunció el seño al encontrarse sobre el sofá, se sentó en este mientras masajeaba su nuca adolorida, causa de una mala posición.

—Siento despertarte.

Guió su mirada hasta su esposo, quién levantaba del suelo una carpeta con distintos papeles, que al parecer se había resbalado de sus manos, causando así el sonido que la despertó.

—Llegaste...

—Siento el retraso —dejó las cosas de sus manos en un mueble, acercándose a su esposa para besar suavemente su frente-. Había mucho tránsito.

Todo había sido un sueño.

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¿Qué les pareció? Disfruté mucho escribiéndolo, y sip, voy a actualizar todas las noches a las 23:00 o 23:30 (Argentina)

𝟑𝟏 𝐃𝐀𝐘𝐒 𝐖𝐇𝐈𝐓 𝐒𝐄𝐒𝐒𝐊𝐀𝐆(+𝟏𝟑)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora