Muchas angustias, pero esperanza al final.

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Después de eso, al siguiente día, me encontraba solo en mi habitación, era de día.
Porque mi madre Verez siempre me dejaba solo, como si fuera un perrito o un animal cualquiera; solo me daba la comida, pero comprada: se iba todo el día con sus amantes, como la hámster que se cruza con muchos hamsters, claro que lo hacía por necesidad; pero era una guerra civil lo que vivía en mi casa.

  Estaba cantando solo, como haría usted o cualquiera que sepa canciones de niño: como la vaca Lola, el sapo Pepe, la gallina Turuleca, etc.

Estaba cantando, era de día, estaba sonriendo en mi habitación.
Decía: la lechuza, la lechuza, hace shh, hace shh...
  De pronto se escucho una voz, como cuando un minero está en un abismo rocoso, da un grito al aire, y su voz sale como si fuera de un fantasma.

Era una voz que dijo: Shh.

Los Secretos Del Cuco De Joel Franco CASTILLO IRUPA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora