Los Secretos Del Cuco De Joel Franco CASTILLO IRUPA

Sueño y dolor

Preferiría no haber nacido, que haber nacido e irme al infierno.
El infierno es el lugar más espantoso que existe en la creación: puede infundir temor hasta al hombre más machista e iracundo que haya en la tierra, solo con dejarlo allí por unos minutos; o sea, puede meterle miedo hasta el mismo Adolf Hitler.

¡Cómo me hubiese gustado no venir a la tierra y quedarme en el cielo: cuando Dios crea el espiritu de los hijos de los hombres cuando están en el vientre, si hubiera sabido que no podría ir al lugar donde habita la vida eterna!

Sé que tu juicio es justo, pero no puedo ir y hacer lo que me falta.

Vigilas todos mis caminos, si es que no tengo fe simplemente la oración no llega al cielo de los cielos: porque viene un demonio de las regiones celestes, y lo atrapa, por tanto nunca llega al cielo esa oración que tiene forma de fuego.

Cada uno de mis pensamientos es continuamente medido, cada palabra es rápidamente anotada. 
Si fuere espiritual, no me exaltaría, porque sería humilde y tendría la salvación asida en mis manos: escrito mi nombre con punta de diamante, en una hoja de oro fino, escrito en carácteres celestiales mi nombre con tinta de oro de Ofir; en el libro de la vida.

Si fuere duro de corazón, ¡ay de mí!
Porque el simple hecho de pensar en los terribles verdugos, que son más horribles que el mismo cuco, y más despiadados que Adolf Hitler, y más fuertes que el mismo Sansón de la Biblia: me llena el alma de terror, porque sé que tendré doble castigo.

Porque de la palabra que oí no escuché, me hice el tonto y desentendido.
Me burlé de Dios pecando y prevaricando.
Maldije a Dios en mi corazón, y pensé el mal contra él.
Maldije el día que nací, acumulé pecado sobre pecado. Sabiendo hacer el bien, no lo hice.
Caí, pero no me levanté: porque caí mal.
Ay de mí por no poder quebrantarme.
Pobre del mundo, porque no sabe que le espera destrucción en el futuro, en los días supremos.
Porque también sé que la gente rechaza a Cristo voluntariamente, y ni siquiera se interesan por los sueños de Dios: ya que con Dios podrían realizar sus sueños, siempre y cuando sirvan a Dios de por vida, y obtendrían la anhelada salvación del alma.

Esos demonios se burlan de todos, no tiene respeto ni de Dios ni de el hombre.
Utilizan al hombre como a una ramera, luego lo descartan como papel de cervilleta, y lo echan al fuego.


Pero yo sé que eres misericordioso, por favor,
acuérdate que mi vida es corta y que el mal está alrededor, como espinos en medio de una azucena.

Que caiga en las manos del Señor, porque el Señor es más bueno que el hombre mismo, aunque el hombre no lo crea.
Porque en el hombre no se puede confiar, pero sí en el Señor.