ORBELA
Me despierto por la mañana con la alarma de Carter sonando, estamos totalmente desnudos y la sabana nos cubre de cintura para abajo.
Me doy la vuelta para enfrentar a mi novio y él me sonríe, recuerdo entonces todas y cada una de las sensaciones, lo erótico que fue cuando me pintó y la cantidad de sensaciones que provocaba su mirada sobre mi piel, no me hizo quitar la vergüenza por completo, pero era Carter, me quería y le quería, si me pude exponer ante Henrick ¿por qué no ante él?
Porque con Henrick solo era sexo, solo atracción, Carter me quiere y mis inseguridades salen a floten temiendo alejarlo.
— Carter
— ¿qué pasa?, ¿estás bien?
— te quiero.
Sonrió como boba y él se acerca para darme un beso, se levanta de la cama totalmente desnudó y me muerdo la lengua mientras observo los músculos de su espalda tensarse y destensarse para hacer algo tan simple como vestirse. Yo hago lo mismo, me acerco a la mesita y veo los dos dibujos, Carter se acerca por detrás y me abraza por la espalda, apoya su cabeza en la mía y mira los dibujos, los coge y los deja en el lugar que estaban, mis coloretes al ver mi retrato desnudo aparecen pero se van tan rápido como vinieron.
Tras desayunar e intercambiar una sesión de besos nos vamos a la universidad.
Drake y el equipo me esperan donde siempre y me empiezan a decir cosas todos a la vez de manera que no entiendo nada.— a ver chicos, de uno en uno.
— la semana que viene comienzan los partidos oficiales.
— hoy vienes a entrenar con nosotros que nos tienes abandonados.
— nos van a meter una paliza.
— dudo que os metan una paliza, George sois bastante buenos.
— si ya, pero la universidad privada es mejor.
— pues nada, esta semana entrenaréis como perros, nada de cuatro a seis. Será de 4 a 11 si hace falta.
— ¿entrenaras con nosotros?
— si eso os motiva a estar entrenando durante siete horas allí estaré.
— ¿Y el trabajó?
— oh, me despidieron el otro día.
— Orbela, estas cosas se me cuentan.
— Drake no era importante, ya buscaré otro.
Drake me coge del brazo y me arrastra hasta fuera del grupo donde ya no nos oye nadie.
— ¿qué te pasa?
— nada.
— no, no, tu estás muy feliz.
— estoy como siempre Drake.
— pero que mentirosa, ¿te has visto esa sonrisa boba en la cara? ¿Y desde cuando no te importa que te despidan?
— no y...
— tú has follado.
Comienzo a reír escandalosamente y Drake me tapa la boca con la mano mirándome serio.
— no.
— Orbela no me mientas, si estás así es por dos cosas, que te ha tocado la lotería o que has pillado cacho. Lo primero lo vas chillando a los cuatro vientos osea que es lo segundo. ¿con quién?
— estás sacando las cosas de quicio.
— ¿CARTER? Orbela es tu profesor.
Tapo la boca de Drake para que deje de chillar y le hablo en bajo,
ESTÁS LEYENDO
Señor Carter
RomanceYo me enamore de sus demonios y ella de mi oscuridad, juntos éramos el infierno perfecto.