2.

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La institución contaba con varías habitaciones repletas por las distintas plantas, sin contar la principal, que era en donde se encontraban las diferentes aulas, incluyendo la que correspondía a su curso actual.

A simple vista parecía ser un buen colegio, de por sí el edificio estaba lleno de materiales lujosos por donde se viera y habitaciones mantenían un alto nivel. Sí, definitivamente podría decirse que todo lucía similar a un sueño, un paraíso perfecto en el cual a nadie le fastidiaría estudiar. Claro que, para el Uzumaki era todo lo contrario.

Desde que su padre se fue, lo único que hizo fue mantenerse en su habitación, aprovechando para toquetear las decoraciones, sin importarle mucho que algunas fueran de sus compañeros de cuarto. Y, cuando aquello finalmente logró aburrirle, se dejó caer sobre la cama que ahora le correspondía, mirando con desinterés la televisión en un intento fallido por distraerse.

No quería salir de su cuarto, sinceramente prefería evitar encontrarse con los demás estudiantes, aunque sabía que aquello era patético, después de todo, estaba en un colegio, no en un desierto. Para su suerte, lo único bueno era que sus compañeros de dormitorio no se habían puesto un solo pie en el cuarto y rogaba para que no lo hicieran por lo que restaba del año, aunque también era imposible.

La secretaria le había repetido en varias ocasiones que si tenía algún problema podía contar con ella para lo que sea, que estaría cuando más lo necesite, y aquello había logrado, de cierta forma, un gran alivio. Ahora más que nunca necesitaba a alguien que se preocupara por él y al parecer su padre se negaba a ocupar ese papel.

Por más que no quisiera, no podía dejar de pensar en todo lo que seguramente se encontraba haciendo su progenitor en este momento. Antes de que se fuera, metió el cuento de que iría a recompensar con sus socios lo que había pasado en la reunión anterior, pero el rubio no se fiaba ni un pelo de que aquello fuera cierto. Es más, ahora que no se encontraba en la casa, tenía sus obvias sospechas sobre el accionar de la víbora en cuerpo de mujer.

Los murmullos detrás de la puerta lo alejaron abruptamente de sus pensamientos, causando un pequeño sobresalto en su lugar. Su cuerpo, que anteriormente se había tensado, logró relajarse un poco ante la idea de que fueran sus nuevos compañeros.

Sus orbes azules se pasearon de inmediato hasta posarse en la puerta del dormitorio, esperando con cierta curiosidad la intromisión de las personas detrás de ella. A pesar de que todo este cambio le resultara sumamente fastidioso, si debía convivir en un cuarto con otras personas a partir de ahora; era mejor comenzar a conocerlas, por si las dudas.

La puerta se abrió con brusquedad desde el otro lado del dormitorio, permitiéndole al ojiazul visualizar con claridad la figura de los desconocidos; dueños de aquellos murmullos. Se trataban de dos personas: un chico y una chica, aparentemente de su misma edad.

El joven era alto y desfilaba una sedosa cabellera blanca que lograban hacer juego con el uniforme del colegio, por otro lado, la chica era un poco más baja que él y el rojo predominaba en su cabeza. Inevitable, ante tal combinación, la imagen de su personaje favorito de Boku No Hero pasó como un flash por su cabeza.

Todoroki, he encontrado a tus padres.

No obstante, en vez de recibir una cálida bienvenida o algún cuestionario acerca de su presencia, el rubio quedó helado sobre su cama ante la repentina escena de un beso erótico frente a él, uno casi de película que no acostumbraba a ver.

La pareja había entrado de repente a la habitación, devorándose la boca como si el mundo fuera a terminarse tan solo en unas horas. Claramente, el Uzumaki para nada se esperó algo como eso.

膝の上 get on your knees and beg ━ sasunaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora