3.

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Quince minutos era el tiempo exacto, desde la última vez que la secretaria le advirtió que el bus saldría pronto, suplicándole que estuviera listo para ese entonces. Claro que, el rubio no tenía planeado ir al "Last Week".

La planta baja de la institución contaba con varias salidas y muchas de ellas no tenían la seguridad necesaria, al menos no para detenerlo. Algunas incluso contaban únicamente con uno o dos guardias por puerta; nada de lo cual el rubio no pudiera hacerse cargo con facilidad.

No se consideraba un experto en escapes o alguna clase de ladronzuelo con experiencia, más bien era un don que adquirió cada que la bruja malvada se quedaba a cuidarlo y lo dejaba en su límite, simplemente no le quedaba otra que escaparse de ese infierno para conseguir un poco de libertad.

Su pequeño plan consistía en presentarse en las filas antes de subir al bus, pero todo únicamente para cantar el "presente" cuando fuera necesario, es decir, quería escaparse de la forma menos escandalosa posible. Y, cuando aquello se cumpliera a la perfección, se alejaría con sigilo de la vista de todos, especialmente la de sus profesores, para terminar escapándose del colegio.

Ya ansiaba imaginarse la cara de espanto de sus profesores cuando se percataran de que nunca subió al vehículo. ¡Simplemente: maravilloso!

Desde su corta estadía en el colegio, pudo cruzarse con distintas personas. Y, a decir verdad, eran contadas con los dedos las que lucían decentes y no desfilaban con ese aire de superioridad a su rededor. Shikamaru Nara y Chōji Akimichi, por ejemplo, que sin darse cuenta, ahora formaban su pequeño y único grupo.

Los conoció por pura suerte cuando su estómago le exigió algo de comer, obligándole a ir hasta el pequeño bar de la institución; donde los antes mencionados yacían comiendo una gran variedad de alimentos, en especial, el Akimichi.

— No vas a lograrlo si lo haces solo.— El rubio soltó una risita, arqueando levemente una ceja.— Lo único que conseguirás es una expulsión antes de empezar el año.

— ¿Me subestimas?— Cuestionó, observando de forma discreta a los distintos profesores paseándose por el comedor.— Aunque, tienes razón. Es decir, sería más sencillo si me cubrieran.

— Oh, no. Ni hablar, eso sería una fastidio.— El Uzumaki formó un pequeño puchero en sus labios.— No me haré responsable de tus metidas de pata.

— Has dicho la palabra "fastidio" desde que me he cruzado contigo, ¿es acaso una frase habitual?— El Nara asintió con pereza, elevándose de hombros.

— Tal vez.

— A mí no me molesta, pero ¿no tienes miedo?— Cuestionó esta vez el chico de grandes mofletes, pero el ojiazul no dudó en negar; cruzándose de brazos.

— Qué va. No me asustan unos cuantos sermones, mucho menos si vienen del viejo decrépito.— Aseguró, consiguiendo un suspiro del Nara.

— ¿Viejo decrépito?

— Se refiere al director, Chōji.— El susodicho formó una "O" con sus labios, soltando una risita tardía ante el apodo que el rubio había utilizado. Bueno, tampoco era como si le quedara mal, es decir, muchas veces el director se veía en sus últimas.

Tiempo después de su conversación, la secretaria realizó nuevamente su aparición en el comedor; indicándole a todos los estudiantes que yacían allí, que se retiraran para proceder a formarse de inmediato en el pasillo central.

膝の上 get on your knees and beg ━ sasunaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora