膝の上 get on your knees and beg ━ sasunaru

14.

Creyó ser lo suficiente específico con el horario e inclusive se encargó de dejarle varios mensajes de antemano, para evitar una situación como esta. No obstante, al parecer ni siquiera los había leído.

¿Quince minutos?, ¿treinta? ni siquiera sabía la hora exacta que yacía esperando por la presencia ajena. Pero, sinceramente, estaba comenzando a frustrarse.

El menor había llegado temprano ayer, pues su almuerzo familiar no había durado más de una hora, y aún así no parecía encontrarse con todos sus ánimos característicos o con aquella energía desbordante que siempre le rodeaba. Al contrario, lucía bastante decaído, como si estuviera enfermo o simplemente desanimado. Como si fuera poco, él no había querido hablar de ello.

¿Tan mala era la relación con su familia? Sabía que aquello no podía importarle menos, es decir, al menos es así es como debía de ser. Sin embargo, no podía evitar sentirse un poco preocupado al verlo de esa forma. Sólo un poco.

— Rubio. ¿En serio piensas dejarme plantado?— Cuestionó con una sonrisa incrédula cuando finalmente contestó, luego de marcar el número del menor en su móvil.

— ¿De qué estás hablando? ¿Acaso tu y yo hemos quedado en algo para hoy?— Inquirió en un tono confuso, causando que el ajeno abriera sus orbes en sorpresa y guardara silencio por unos segundos. ¿Realmente no sabía nada?

— Joder...— Suspiró, tomando sus cabellos.— Tu de verdad-

Antes de que pudiera continuar con sus quejas, su ceño fruncido se desvaneció al sentir pequeños toques sobre su hombro, incitándole a voltearse. ¿Es que acaso no veían que estaba hablando por teléfono? Ante ello, no tuvo más remedio que alejar un poco el móvil de su oído, acatando la acción antes mencionada y terminando por encontrarse de forma inmediata con la sonrisita divertida del ojiazul.

— ¿Uchiha Sasuke le tiene miedo al rechazo?— Cuestionó en un tono burlón cuando el mencionado finalmente se volteó, ladeando levemente la cabeza.— Quizás la próxima vez considere dejarte esperando como idiota. Suena sumamente divertido para mí.

Bien, definitivamente retiraba lo dicho. Al parecer el rubio únicamente necesitaba un poco de tiempo para volver a ser el mismo de siempre, sin importarle mucho la situación.

— Lo divertido será callar la linda boquita que tienes.— Comentó, luego de guardar su móvil y acercarse al menor; causando que este tragara en seco por la acción repentina.— Pero me ocuparé de eso después. Vamos.

El menor arqueó una ceja de forma confusa, mucho más cuando el Uchiha tomó como si nada una de sus pequeñas manos para entrelazarla con la propia. Sus mejillas ardieron inconscientemente, haciéndole sonrosar. Y es que, aunque fuera algo que hicieron anteriormente, se sentía completamente diferente.

Chasqueó la lengua con cierta frustración y se limitó a guardar silencio cuando el ajeno comenzó a caminar; obligándole a seguirlo. ¿Acaso la palabra "permiso" no entraba en su diccionario?, no podía hacer todo lo que quería a gusto, como si la opinión de los demás no importara en lo absoluto.

Luego de ello, la tarde no se hizo esperar para nada, y la diversión tampoco. Naruto, sinceramente, se sorprendió ante todos los lugares que visitaron en tan solo unas horas; incluso había podido visitar el nuevo parque que se había inaugurado hace tan solo unas semanas.

Una merienda al aire libre, el visitar tiendas de regalos, las plazas repletas de juegos competitivos y con premios asegurados, las ferias americanas y artesanales, el parque de diversiones... Sí, jamás pensó que Sasuke tendría planeado todo ello para una salida y mucho menos que sería la persona que lo estaría acompañando.