12.

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Chasqueó la lengua luego de maldecir una y mil veces, mientras continuaba quejándose por los golpes insistentes en la puerta. Relamió sus labios y aprovechó que el ajeno había soltado finalmente el agarre en sus muñecas, para luego empujarlo fuera de la cama; arrebatándole un quejido en respuesta.

— ¡¿Dónde quedó tu delicadeza, rubio?!— Se quejó en un susurro desde el suelo, frunciendo totalmente el ceño.

— ¡L-lo siento!— Murmuró, esbozando una diminuta sonrisa apenada.— Te lo recompensaré luego, ¿sí?— Soltó, casi sin pensar. El Uchiha lo observó con una ceja en alto, esbozando una sonrisita pícara ante su comentario, a la vez que ladeaba levemente su cabeza.

— ¿Uh, en serio? Más te vale no arrepentirte.— Advirtió, sonrojando al pequeño rubio desde su sitio.

El menor se percató de sus palabras, chasqueando nuevamente la lengua, mientras negaba repetidas veces. Sin decir algo más, se levantó con rapidez de su sitio y corrió hasta llegar a la puerta de su habitación, girando la perilla de la misma; con la intención de abrirla.

Minato observó con confusión el rostro sonrojado de su hijo, mientras que su sonrisita nerviosa conseguía únicamente dejarlo más perplejo. Los botones de su camisa eran un completo desastre al igual que sus cabellos rubios y, al parecer, estaba obligándose a recuperar el aliento.

— Papá...— Balbuceó al cabo de unos segundos, recostándose sobre la puerta semi-abierta, mientras fingía normalidad. Naruto tragó en seco cuando su padre se cruzó de brazos, observándole de arriba a abajo y, al igual que él, fingió molestarse ante ello, mientras imitaba su acción.

— ¿Estás bien?— Cuestionó, acercando una de sus manos para confirmar su temperatura, pensando que tal vez se trataba de un resfriado.

— Huh. ¿Te importa?— Preguntó con cierto sarcasmo, mientras alejaba con lentitud su rostro. Minato suspiró, deslizando su mano para así conseguir acariciar sus cabellos con suavidad, aunque el menor mantuviera su ceño fruncido.

— Eres mi hijo. Me importa.— Sonrío, pero su hijo simplemente se mofó, asintiendo sin ganas. No creía una sola de sus palabras, al menos no por el momento.— No tienes fiebre, ¿por qué luces de esa forma?— Cuestionó con insistencia, ladeando levemente  la cabeza.

— Bueno...

— No hemos terminado aún. ¿Por qué te tardas tanto, rubio?— Se adelantó una tercer voz, sobresaltando a ambos.

El rubio se giró por inercia, abriendo abruptamente sus orbes al ver al Uchiha con el torso libremente desnudo y aquella sonrisa burlona característica sobre sus labios.

Ese grandísimo idiota. ¡¿Es tan difícil para él captar la situación?!

Cualquiera en su lugar habría optado por esconderse, o simplemente quedarse dentro del cuarto en silencio. Como sea, ¡sacarse la camisa no era una opción!

Observó con una sonrisa nerviosa esta vez a su padre, quién yacía con sus ojos clavados con cierta curiosidad sobre el cuerpo de segunda persona dentro de la habitación. El menor rogó desde el fondo de su corazón que no sacara conclusiones apresuradas, a pesar de que supiera desde hace tiempo acerca de su orientación sexual.

— ¿Qué es esto, Naruto?— Cuestionó con seriedad. No iba a dejar que cualquiera tocara a su pequeño bebé que, aunque no lo supiera, ya se lo habían arrebatado hace un tiempo.

— ¡No pienses nada extraño!— Exclamó el mencionado cuánto antes, moviendo sus manitos con nerviosismo.

— ¿Qué debería pensar entonces?— Preguntó de forma irónica.

膝の上 get on your knees and beg ━ sasunaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora