19.

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— No lo harás.

Aquellas tres simples palabras le hicieron guardar silencio, causando que sus pequeños ojos azules se posaran de inmediato sobre el propietario de la demanda fría y certera. Sabía que iba a negarse.

Luego de que su curso se enterara de la decisión repentina que había tomado el director, el pánico entre los alumnos de la división y sus conversaciones desesperadas acerca del tema no tardaron en aparecer. Y no era para menos. Actualmente, no sólo debían soportar cierto daño psicológico a través de insultos o comentarios humillantes por parte del nuevo cargo que adquirió el profesor, sino que -en ocasiones- también uno físico. Si algo no convencía al profesor, este se encargaba de cambiarlo; repartiendo amonestaciones como si de un premio se tratase.

El profesor Kitano era bueno para enseñar, nadie podía cuestionar aquello. Pero para poder ejercer la enseñanza como profesor, mucho más cuando se trataba de enseñar a una próxima generación, conocimientos acerca de la materia no bastaban. Además de ello, también existían otros aspectos importantes, de los cuales él carecía completamente.

— ¿Y entonces qué?— Bufó. Llevaban más de una hora hablando de lo mismo.

Sus compañeros de clases observaron al Uchiha de brazos cruzados en la espera de una respuesta, mientras este se dejaba reposar sobre la helada pared de su aula. Todos parecían estar de acuerdo en echar al culpable de sus malos ratos de una misma manera, a excepción de él; quién no hacía más que negarse. Aún así, admitía que era sumamente tedioso tener que compartir la mayoría del tiempo con una persona como esa, más cuando presentaba una autoridad superior a la de ellos y actuaba a gusto como lo deseaba, sacando provecho de su posición. Y eso no era todo. Las insinuaciones asquerosas que le soltaba al rubio también le estaban colmando la paciencia, no veía la hora de que lo saquen a patadas lejos de ellos, específicamente lejos de su novio.

— No dejaré que hagas algo como eso, olvídalo.— Sentenció ante los reproches del menor, observando con el ceño fruncido al dueño de aquél plan absurdo.— Piensa en algo mejor, imbécil.

— Él ha llamado su atención, ¿no es eso una oportunidad?— Se excusó Kiba, elevándose de hombros.

— Puedo hacerlo.— Insistió el rubio.

— ¿Qué harás si llega a pasarse contigo?— Inquirió entre dientes.— ¿Siquiera eres consciente de lo que harás? Si estás tan seguro, sabes de sobra lo que debes hacer. ¿Te dejarás tocar por ese tipo?— Cuestionó, haciéndole pasar saliva por sus labios cuando se acercó hacía él.— No puedes simplemente actuar imprudentemente como un idiota todo el tiempo.

Naruto tomó entre sus dientes su labio inferior, sin responder. ¿Y ahora por qué lucía tan enfadado? ¡Incluso se atrevió a llamarlo idiota! Si sus demás compañeros no estuviesen presente, definitivamente lo habría golpeado.

— ¿Podríamos hablar de esto en otro momento?— Se quejó Suigetsu, sentándose sobre el pupitre en el que yacía acostado; muriendo de aburrimiento con la conversación desesperada de sus compañeros.— Este dogo alemán de aquí.— Se atrevió a apuntar a su mejor amigo, con una enorme sonrisa.— No le dejará hacer nada a su pequeño caniche.— Soltó, recibiendo la mirada incrédula de la pareja.— Se nos ocurrirá algo mejor después. Maldición, es un desperdicio hablar de esto un viernes. ¿Es que acaso se olvidan de que son nuestros días de libertad?

Ino soltó una risita sarcástica, deslizando una de sus manos hacía su cintura.— Poco y nada te importan tus compañeros, ¿no es así?— Inquirió, recibiendo un bostezo en respuesta.

— Pues, fíjate que te equivocas.— Canturreó, acercándose a la muchacha de un salto. Uno de sus brazos se deslizó por su hombro, acercándola a su cuerpo con total confianza.— Me importan demasiado.— Aseguró, recibiendo una risilla irónica.— Y como me importan demasiado, conseguí entradas para una fiesta increíble esta misma noche.

膝の上 get on your knees and beg ━ sasunaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora