—Les pedí que estuvieran todos reunidos aquí, antes de comenzar nuestras tareas del día, porque tengo un comunicado importante que dar —expresó Caleb, mirando a sus compañeros—. Daniel ha tenido que irse, no dijo por cuánto tiempo, sólo que tenía asuntos importantes que tratar.
—Que casualidad que apareció su amante anoche —le murmuró Malena a Esmeralda.
Y aunque no quisiera admitirlo, Ariana pensaba lo mismo, que el castaño se había ido con esa mujer.
—Es por eso que yo estaré a cargo hasta que retome sus obligaciones. Por favor, evitemos problemas, hagamos las cosas bien.
—Pues eso deberías decírtelo a ti mismo —sonrió divertido Samuel.
Caleb rodó los ojos, y luego hizo un ademán con su mano, dando por finalizado el comunicado.
—Esme, yo tengo curiosidad —pronunció Malena caminando junto a Esmeralda—. Tú has estado aquí desde el comienzo, conoces mejor la historia de Daniel. ¿Qué hubo entre él y la demonio esa?
—Pues, la primera vez que vimos a Minerva, fue cuando encontramos a Alejandro, ella también le estaba siguiendo el rastro. Y en teoría, era la primera vez que teníamos contacto con ella, pero Daniel actuó como si la conociera de antes. Ya saben cómo es él, no habla mucho, y mucho menos de su vida privada.
—Sí, lo sé, pero Caleb nos dijo anoche, o nos dio a entender, que ellos intimaban.
—Creo que es cierto, no lo sé —le dijo tomando una taza para servirse algo de té—. Minerva cada vez empezó a acercarse más a nosotros, actuando inofensiva. Daniel muchas veces intentó apartarla, pero ella seguía regresando. Cómo nunca intentó hacernos daños, él terminó cediendo a qué se quedara.
—¿Y cuánto tiempo se quedó con ustedes?
—La primera vez un año humano, luego desapareció por mucho tiempo. Volvió a aparecer como treinta años después, y esa vez se quedó más tiempo con nosotros.
—¿Y como actuaba Daniel con ella?
—Daniel actúa con todos del mismo modo —le dijo tomando una tostada y mantequilla—. Siempre la trató indiferente, aunque ella solía mostrarse muy cariñosa con él, atenta. Creo que si llegaron a intimar, así lo habrá conseguido.
—O sea, que es un ser oscuro, pero no es mala.
—Sí lo es, perdimos un caído por su culpa. Estábamos tras la pista de la chica, y ella lo sabía. Antes de que pudiéramos encontrarla, Minerva lo hizo y se la llevó.
—¿Y cómo actuó Daniel?
—Se puso furioso —pronunció terminando su tostada—. La buscó durante décadas, pero ella había desaparecido. Creo que se sintió traicionado, o estúpido, quién sabe.
Malena observó a su compañera y asintió con la cabeza. Al parecer, Daniel podía sentir algunas cosas ¿Pero por qué otras no?
***
"—Imagino una realidad perfecta, hermosa, dónde ambos seamos compañeros, y nuestros encuentros no un pecado. Imagino poder vivir libre, sin culpa ni vergüenza por estar contigo.
—A mí también me gusta imaginar eso —sonrió mirándola a los ojos.
—No quiero estar con otro hombre, Caleb, yo no quiero... Ser la mujer de Baltazar —pronunció bajo, afligida—. Él es muy bueno conmigo, pero no siento nada por él. Es... Es como un hermano.
—No podría soportar la idea de que alguien más te toque, de saber que le perteneces a otro hombre, cuando eres mía.
—Caleb, tristemente soy su compañera —pronunció bajo—. Pero lo evitaré el mayor tiempo posible."
Y ella otra vez estaba viva, entre ellos, y él no podía buscarla, tocarla, besarla... Él no podía acercarse a ella, había prometido dejarla vivir.
Baltazar jamás renunciaría a Hazel, y si tanto la amaba como decía, él tendría que haber aceptado que ella no la quería, que amaba a alguien más.
Baltazar sólo estaba siendo caprichoso, o quizás sentía su orgullo herido, no lo sabía.
Suspiró y miró por la ventana de su habitación, en dirección hacia la zona donde se encontraba la casa de Baltazar. ¿Ella lo recordaría a él? ¿Lo estarían pensando? ¿Lo buscaría?
¿O estaría esperando que él fuera a buscarla? Cómo tantas veces lo había hecho en el pasado.
...
