Capítulo 9: Pasado

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Narra Louis:

— ¿Qué fue lo que sucedió con tu padre?

Me había decidido a hacerle finalmente esa pregunta que tanto rondaba en mi cabeza, pero me arrepentí al instante al ver como el color se drenaba de la cara del oji-verde.

— Y-yo te dije que él había muerto ¿recuerdas? Un accidente e-en el trabajo. —las palabras salían atropelladas desde el fondo de su garganta.

— Sé que me mentiste. —suspiré frustrado, ya no podía volver atrás.

— Y-yo no t-

— Yo también te conozco como si te hubiera parido, Hazza. —lo corte— No me mientas, por favor.

— Yo, n-no… —suspiro— No quiero hablar de ello.

— ¿Tan malo es? Jamás te había visto tan alterado. Tú no eres así, Harry.

— Lo sé ¡Maldición, claro que no soy así! —grito frustrado, parecía enojado consigo mismo— Es que… tengo miedo de que si te cuento la verdad, me trates diferente.

— ¿Diferente? Harry ¡Dios! Pase lo que pase, digas lo que me digas, mi trato hacia ti no cambiara.

— No quiero que me tengas lástima, odiaría que eso pasara. —desvió su mirada al suelo, evitando la mía.

— Harry, mírame —como no hizo caso a mi pedido, lo tome de la barbilla para que así no tuviera otra opción que mirarme directamente a los ojos.

Mis ojos zafiros se encontraron con los esmeraldas suyos y una descarga eléctrica me recorrió de pies a cabeza. Sacudí mi cabeza para volver en sí. No era hora para dejarme guiar por mis estúpidos sentimientos de adolescente hormonal.

— No importa lo que me digas, prometo que no te tratare diferente.

— ¿Lo prometes? —sus ojos estaban cristalinos, y juro que si se hubiese puesto a llorar en esos momentos, mi corazón se hubiera hecho pedazos.

— Claro que sí, lo prometo. —le sonreí.

Sentía un sentimiento extraño en ese momento. Era como si ambos estuviéramos conectados. La verdad es que jamás habíamos pasado antes por una situación como esta. Nuestro amistad se basaba en puras peleas, reconciliaciones y bromeando el uno con el otro. Este momento se sentía algo íntimo, como si nos acercáramos más el uno al otro.

— Entonces, te contare. —se tallo los ojos, intentando eliminando así la capa húmeda que recubría sus ojos.

— Te escucho.

— Pero quiero que me escuches hasta el final, no me digas tu opinión o algo hasta que haya terminado. Siento que si me interrumpes, me arrepentiré y no podré seguir. —era increíble como en tan solos unos pocos minutos vi tantas facetas de Harry que pensé jamás conocer. Y todas ellas me gustaban.

— Está bien, soy todo oídos. —anuncie.

— Bien, aquí vamos. —tomo una profunda respiración y comenzó a narrar— ¿Recuerdas que te dije que mi padre murió? —me limite a asentir ante su pregunta— Eso sí es cierto, pero no fue por un accidente laboral como te dije. Murió una madrugada al ser atropellado por un auto. Te preguntaras: ¿Qué hacia mi padre en las calles un sábado a la madrugada? Te contare desde el principio: Cuando tenía unos 9 años, mi padre comenzó a tomar en exceso. Nadie sabía exactamente la razón por la cual lo hacía. Mi madre siempre lo esperaba despierta hasta que llegara a casa, y a mí me mandaba a dormir para que así no lo viera en las condiciones deplorables con las que aparecía. Solía meterse en peleas callejeras y de bar  por culpa de su borrachera, pero aun así jamás nos había hecho daño a mi o a mi madre. —pude notar que los ojos de Harry se cristalizaron nuevamente y un nudo se hizo notar en mi garganta— Unos seis meses después comenzó a consumir drogas. Eran del tipo que vuelve violenta a las personas y los hace cometer locuras que no se atreverían a hacer si estuvieran en sus cinco sentidos. Cada vez se metía en más peleas, y en ocasiones volvía a casa sangrando o con una costilla rota. También, empezó a golpear a mamá. Esto sucedió en varias ocasiones, pero yo solo lo presencie unas cuatro veces. Mi madre evitaba que me mantuviera despierto con ella o me mandaba a la casa de algún amigo a dormir. Era tan pequeño e ingenuo en esos tiempos, no notaba las marcas notorias en el cuerpo de mamá. Los moretones, las heridas, y-yo no las veía Louis. —y allí fue donde se puso a llorar. Tome sus manos entre las mías y las apreté ligeramente, animándolo a seguir hasta el final— Una noche él se fue a tomar como ya era de costumbre, pero esa vez fue diferente. Él no volvió a casa. Un par de días después mi madre recibió una llamada de la policía. Mi padre había cruzado borracho la calle en su camino a casa y un auto no hizo tiempo a esquivarlo y termino lo embistió. Murió en el acto. Mamá estuvo mal por mucho tiempo, hasta que recobro la fuerza suficiente para salir adelante como una madre soltera que debía cuidar a su hijo de 10 años. Y… eso es todo creo. —soltó un suspiro de alivio. Realmente ansiaba quitarse ese peso de encima.

— Y-yo… la verdad no sé qué decir. —me esperaba muchas cosas, pero no algo como esto ¿Qué clase de hombre golpearía a su mujer frente a su hijo de 9 años? Esa clase de personas no pueden ser llamados humanos, son unos monstruos sin corazón. No podía entender cómo se sentiría Harry, mi vida era totalmente distinta a la de él. Tenía un par de padres amorosos y a mis hermanos, que aunque se volvían insoportables de momentos, eran una de las cosas más maravillosas que me habían pasado en esta vida.

— No tienes por qué decir algo Lou, está bien. Sé que debe ser difícil de procesar todo esto. —forzó una sonrisa, pero esta inmediatamente desapareció.

— No, no. Yo quiero, pero no sé cuál serían las palabras correctas para expresar lo que pienso. —confesé— No imagino lo duro que habrá sido para ti y para tu madre pasar por una situación como esa. Ella es una mujer maravillosa, ese hombre no la merecía. Ni a ti te merecía. Eres un hijo increíble Hazz, siempre has estado ahí para tu madre cuando ella te necesito. Eres un gran amigo y compañero, aunque a veces seas molesto, pero aun así eres una gran persona.  Ese hombre no merece tus lágrimas. Sé que puede sonar rudo porque es tu padre después de todo.

— No, está bien Louis. Yo también pienso lo mismo después de todo.

Nos quedamos en silencio por unos largos minutos. Aun seguíamos tomados de las manos y, a pesar de que a mí esto me ponía nervioso de sobremanera, al rizado no parecía incomodarle en lo más mínimo. Andaba perdido en sus pensamientos, por lo que no se habrá dado cuenta de ello.

— ¿Harry?

— ¿Si?

— ¿Lo odias?

— ¿A mi padre? —asentí—No sé si la palabra correcta sea ‘odiar’. No puedo odiarlo a pesar de toda la mierda que me hizo a mi madre y a mí.  Sin él yo no hubiera existido. Simplemente no lo quiero

— Eres una gran persona Harry. Él se perdió la posibilidad de criar un hijo tan maravilloso como tú. —le sonreí.

— Gracias. Realmente aprecio tus palabras Louis.

— No hay de qué, solo estoy siendo sincero.

— ¿Tienes algo que hacer hoy? —preguntó de la nada.

— Nop. —hice énfasis en el sonido de la P.

— ¿Y mañana por la mañana?

— Tampoco. —lo mire confundido ¿A qué quería llegar?

— ¿Podrías venir a casa y quedarte a dormir? No quiero estar solo hoy. Solo por esta vez. —un leve rubor se apodero de sus mejillas. Claramente estaba avergonzado. Era una de las cosas más tiernas que vi en mi corta vida.

— ¿Y tu madre?

— Hoy tiene turno nocturno. No volverá a casa hasta mañana por la tarde.

— Este bien, iré. Solo acompáñame a buscar algunas cosas a casa y de paso avisarle a mamá.

— Esta bien ¿Vamos? —pregunto.

— Vamos.

Algo me decía que esto sería una larga noche. 

“Si tú estás feliz, yo estoy feliz. Si tú estás triste, yo te haré feliz.”

Notas de un loco enamorado //Larry Stylinson// AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora