Las personas alrededor de la oscura habitación llevaban puestas máscaras de distintos animales y figuras. Pudo ser una escena bastante ridícula, de no ser por aquella lámpara parpadeante y porque el solo hecho de escuchar sus respiraciones intimidaba tanto. Aunque estaban de pie se veían tan imponentes, que todos los que estaban en la habitación mantenían la mirada agachada.
La pareja se tomó de la manos, esperando lo peor al verla entrar con una caja y sonriente.
――No me vean así. Ustedes aceptaron, yo solo les estoy ayudando. ――De la caja sacó un revólver del cual quito todas las balas y solo dejó una.
Los 4 chicos que yacían de pie, se dispersaron para que nadie pudiese escapar, mostraban sus armas en los cinturones.
――Y bien, ¿Quién quiere empezar? Sonrió.
1 día antes.
Tenía la mirada perdida en ese papel en el tablero, otro letrero de se busca, acompañado con otros 10. Algunos variaban entre meses, otros incluso años.
――¡Hey! Te estoy hablando. ――Leanne aplaudió en la cara de para llamar su atención. ――¿Mañana vendrás a mi casa? Veremos películas.
――No lo sé, tengo que ir al trabajo...
――¡Por Dios! ¿Planeas dejarme con Yoseok y Hyosul?
――No se por qué los invitas si no te agradan.
――Corrección. Me agradan, lo que no me agrada es que se besen en mi cara todo el tiempo.
――¿Aún no superas que Yoseok prefirió a Hyosul que a ti?
――Pues claro que no. Ella no se esmero como yo. Como sea, ¡Ven, por favor!
――Tengo muchas deudas, Leanne y no se pagaran solas. Necesito el dinero.
La rizada se cruzó de brazos indignada con su amiga. ――Pero-
――Lo siento mucho.
――¿Entonces tampoco vendrás a la reunión en el bar hoy?
――Pediré salir temprano, pero no les prometo nada.
――De verdad, haz lo posible por ir.
――Trataré.
――Me gustaría poder ayudarte, así que ven esta noche.
Su trabajo como mesera no era el mejor, pero si podía mantener sus gastos, era suficiente.
Esta vez la localización fue distinta a las de otras ocasiones. Los amigos se reunirán en Bares, Clubes nocturnos y Karaokes cada Viernes para desestresar su vida como estudiantes y trabajadores.
Comenzaron sin Eunae, pidieron cervezas, toda su mesa estaba llena de alcohol acompañada de colillas de cigarrillos.
Aunque Patrick no se hizo esperar para empezar a fumar algo más fuerte, junto con otro de los chicos.
Antes de dar las once, la amiga que faltaba llegó. Bebió una cerveza soltando su cabello de esa apretada coleta que todos los días llevaba.
