-capitulo 27-

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Micaela

Al rato volvieron los chicos, Celeste se fue a la habitación, parecía estar muy enojada, mientras que los demás se fueron, Mateo y yo nos encerramos en mi pieza.

-Me vas a compensar o te vas a hacer la otra -habló acercándose a mis labios con una sonrisa-

-Nose, tengo que pensar -dije poniendo mi dedo índice en mí barbilla simulando que pensaba- ...si

Dejé un corto beso en su boca y lo acosté en la cama. Me subí sobre él, con una pierna a cada lado, lo bese otra vez, y me saqué el top, quedando en corpiño, agarró ambos pechos para masajearlos mientras sus ojos se llenaban de lujuria. Moví mis caderas hacia delante y hacia atrás varias veces causando que suelte suspiros, sentí una dureza presionando mi intimidad y sonreí.
Volví a besarlo y saque su remera, lo mismo con el pantalón. Frené en su parte baja, deslizando mi mano por ella sobre la tela. Liberé su longitud y lo ataque con mí lengua recorriendo desde su base hasta la punta, lamí el glande con movimientos circulares y me aparte para mirarlo a los ojos. Envolví su miembro con mi mano y empecé a masturbarlo, lo metí entre mis labios mientras subía y bajaba, sentí la mano de Mateo en mí cabeza para guiarme y con un puñado de mí pelo tomo el control. Su pene llegaba hasta mí garganta pero con cada enbestida parecía llegar aún más adentro, de su boca salían gemidos llenos de placer.
Subí para besarlo sin dejar de tocar su miembro, él se paró y yo me arrodillé, sin pensarlo lo llevé a mi boca y seguí con el movimiento anterior. Tomo mí cabeza con ambas manos y comenzó a aumentar la velocidad acompañada de rápidas embestidas, se mantuvo unos segundos en mi garganta y luego salió por completo. Repitió la secuencia anterior pero está vez, un espeso liquido se soltó en mí boca, dio un par de embestidas más, expulsando otro poco de su líquido y sacó su longitud. Saqué mi lengua mostrando restos de su semen y sonrío, trague lo que tenía en la boca y me pare a besarlo.

Entre besos me recostó en la cama.

Me sacó el jean y la tanga, dejando piquitos en mis muslos, pasó su lengua contra mí piel y volvió a subir para poner su miembro contra mis labios.

Desabroché el corpiño y lo revolee. Realizo el juego de siempre, rosar mi parte baja par hacerme desearlo.

-Te gusta verme -no termine la frase y empujó una parte en mí, cerré mis ojos con fuerza y arquee la espalda-.. desearte

-Me encanta -dijo y unió sus labios a los míos para penetrarme-

Ahogue mis gritos en su boca, a pesar de haberlo tenido tantas veces dentro no me acostumbraba al gran tamaño. Entrelazó nuestras manos y comenzó a embestirme fuerte, mis paredes ardían, pero eso me causaba placer.

Salió de mí otra vez, hizo un recorrido de besos hasta mi intimidad, volvio a pasar su lengua y me volteó de espaldas a él. Acarició toda mi espalda suavemente, agarró bruscamente mis nalgas y me penetró por atrás.
Mordí la sábana desesperada, me embistió continúas veces haciéndome retorcer, sus manos se agarraban de mí culo y eso me exitaba.

Un gran calor se apoderó de mi y soltando un fuerte gemido, me corrí en él, llegando al orgasmo, se dió cuenta y frenó de a poco sus embestidas. Beso mi nuca suavemente y cayó rendido a mí lado, corrió un mechón de mi pelo mientras me miraba con una sonrisa, le sonreí exausta y uní nuestros labios, recupere el ritmo de mi respiración.

Mateo se paró para ponerse el boxer.

-Me pasas una tanga del cajón -hablé poniéndome su remera-

-No te podes levantar? -pregunto riendosé-

-Para que preguntas si ya sabes -dije mordiendome el labio-

ATREVIDA - truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora