-capitulo 3-

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Mateo

En la plaza me acerque a Mica

-Me lo vas a pagar eh -susurre en su oído y se río-

-Eu gil, me estás escuchando? -me pregunta Valentín-

-Si gato

Elegimos el diseño de las remeras que íbamos a usar en el UPD y todo el mambo ese. Valentín se peleó con Sofía y terminaron chapando, son más raros.

Se habían ido todos, ví a Micaela yendo al kiosco de la esquina, la seguí y de atrás le apreté el culo

-Hola

-Que haces imbécil? -se voltea- Ah eras vos, tonto me asusté -sigue caminando-

-Que fue esa reacción? No te molestó? -dije bastante sorprendido-

-Se supone que me tiene que molestar?

-Estas bien? -puse mí mano en su frente- no tenes fiebre?

-Dale tarado -saca la mano- vas a hacer que me enoje

-Entonces te pudo dar un beso -la encare-

Micaela

Porque no me enoje?!?! Micaela que haces, encima le seguí el beso. Creo que le tengo ganas, bueno, en realidad medio mundo le tiene ganas a Mateo, aparte te re compra con esa sonrisa dios.

-Bueno bueno -separándolo- ya esta

-Segura que estás bien no? -volvió a preguntar-

-Si boludo, pero te lo debía, espérame acá que entro a comprar, ¿Querés algo?

-Nono, tranqui

Compré unas galletitas y salí

-Queres que te acompañe a tu casa?

-Si te pinta, obvio

(...)
(Fuimos a su casa)

Fuimos caminando, estaba re cansada. Tenía ganas de llegar a mí casa y dormir un rato.

-Eu turro me das un vaso de agua porfa? -pregunte a penas entró-

-No.... Si obvio wacha, pasa

-Bueno bueno eh no te me hagas el vivo

-Pero si no estoy muerto -se burla-

-Bastaa, deja de boludearme -pegándole despacio-

Me mira y se empieza a reír, como su risa es contagiosa yo también reí. Me senté en su mesada y me dió agua.

-Gracias, me estaba cagando de sed -dije para después tomar-

-De nada linda -me guiña el ojo-

Suspiré y sonreí volteando los ojos. Se acercó a mí para besarme y le di permiso, envolví mis piernas en su cadera y lleve mis manos a su nuca. Era un beso más necesitado que el de antes.
En un abrir y cerrar de ojos me estaba chapando otra vez al mejor amigo de mí hermano.
Me alzó y me llevo hasta el sillón sin cortar el beso, mi corazón se aceleró, al igual que la respiración de ambos, le empecé a levantar la remera y me freno.

ATREVIDA - truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora