-capitulo 16-

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Micaela

Llegamos.

Pasamos por la casa de mamá y dejamos las cosas, para salir al hospital.

-Ma -dice Cami y la abraza mientras ella  lloraba en su hombro-

Se separan y me saluda a mí.

Había familia que no veía hace bocha, estaba mi tía, con un bebé nuevo, mi tío y mi primo que tiene la misma edad que yo.

-Hola Bauu, cómo estás tanto tiempo?? -saludé a mi primo-

-Micaa, todo tranquilo por suerte -me corresponde el abrazo- vos como estás, con todo esto? -se refiere a lo de mi viejo-

-Que se yo, vos viste nuestra relación -suspire y mire a mamá- nada, esperó que salga todo bien, para verlo después de tanto

-Sisi, te entiendo -me soba la espalda y yo le sonrío-

Pasaron dos horas, ya eran las doce, mi tía se había ido por la bebé, y mi tío, que era el hermano de papá, se quedó con Bauti.

Salió el doctor y dijo que habían terminado la cirugía.

Cuando se despertó de la anestesia lo pudimos ver.

Salió mi mamá y entré.

-Viejitoo -susurre y cerré la puerta detrás de mí-

-Mica linda, como estás? -habló muy despacio, se notaba que estaba cansado-

-Bien pa, y vos qué onda? te duele mucho?

-Bastante....

-Descansa -lo saludé para salir y dejarlo dormir pero me agarró la mano-

-Mica...-susurro cansado- no sé si voy a salir de ésto, la verdad que no quiero que te vayas con una imágen de un padre que no estuvo presente, aunque así fue -se cristalizaron sus ojos- quiero que me perdones, por no haber estado siempre, por no haber pasado momentos con vos, en los que te rías con esa sonrisa hermosa y me hagas saber que hice algo bueno, por qué no hayas podido contar conmigo cuando lo necesitabas, cuando llorabas por un chico, cuando te caías y necesitabas a alguien, perdón por no haber sido ese alguien -tomó una pausa- siempre fuiste una nena alegre y te convertiste en una mujer hermosa, que lastimosamente no tuvo un buen ejemplo de padre, y que aún así seguiste adelante sin importar nada -comenzó a llorar- perdón Mica, perdón, por no dar lo mejor de mi para hacerte feliz, perdón por dejarte sola -ya casi no podía hablar- no quiero morirme, no si vos no me perdonas, tampoco te voy a obligar, yo no me perdonaría, sé que es difícil pero déjame irme sabiendo que mi hija no me odia -tomo mi mano entre las suyas-

Se me hizo un nudo en la garganta, no podía hablar. Mis lágrimas empezaron a caer, igual que las de él.

-Papá, tranquilo, obvio que te perdono, yo  sé que no hiciste bien las cosas, pero somos humanos y nos equivocamos, a pesar de no tener la mejor relación, me enseñaste un montón de cosas que no me voy a olvidar.

-Gracias hija -siguió llorando- gracias...

-Señorita, tiene que salir -dijo el doctor entrando- el paciente debe descansar

-Chau pá, te amo -bese su frente y salí-

El primero en abrazarme fue Camilo, agradezco tanto que sea mí hermano.

No hablé de nada con nadie. El 420 y yo fuimos a dormir a la casa de mamá.

(...)

ATREVIDA - truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora