-capitulo 28-

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Micaela

Entré a la cocina, ví a Mateo y a Valeria a centímetros uno del otro. Mis venas hervían.

-Ah buenoo! -dije haciendo que los dos me mirarán- con razón no atendías el teléfono, y vos sos una zorra! Te dije que es mí wacho, no lo toques y punto -empuje a Valeria-

-Amor para, no es lo que pensas, tranquilízate

-Tranquilízate nada Mateo!

-Mica, tranqui -dice Valeria riendo- no estaba pasando nada, le pregunté si tenía mal aliento nada más

-Siiii obvioo -contesté sarcástica-

-Es verdad Mica, cálmate -dice Mateo-

-Después los veo -sale Valeria de la cocina guiñandole el ojo a Mateo-

-Ah no, yo la mato -la iba a cazar de los pelos pero el turro me freno-

-Mica, déjala, no le des bola si? lo hace para molestarte

-Bueno boludo pero que le tenes que andar oliendo el aliento, encima re rancio debe ser

-Bue que se yo, me preguntó, nunca se me pasó por la cabeza darle un beso -fruncio las cejas-

-A ver, ponete en mi lugar, entras a la cocina y me ves a mí a esto -haciendo el gesto con los dedos- con... nosé Mauro por ejemplo -al escuchar el nombre puso cara de orto- y yo te digo que estaba fijándome su aliento, que vas a pensar?

-Es distinto, pero ya esta, con Valeria no pasó nada te lo juro, vamos?

-Como se nota que sos de Aries eh, nunca me vas a dar la razón -me sonrío y lo besé- vamos.

Nos fuimos y nada más saludé a los chicos que conocía.
Le conté a Mateo que me habían encerrado en el baño pero no le dio importancia y siguió en la suya.

Mateo

Estaba en la cocina, Valeria cerró la puerta y puso sus manos en mi cuello.

-No empieces -hablé sacando sus manos-

Se dio vuelta, apoyó su culo en mi miembro, haciendo que quede contra la mesada.

-Hay alguien que si me quiere -dijo y movió sus caderas, causando que el calor viaje a mí entrepierna y ocurra una leve erección- seguro que no querés que te ayude con eso? -empujo aún más-

-Basta, va a venir Micaela y va a pensar cualquier cosa, no -la saque-

-Me encargué de eso, tenemos un ratito -dijo en un tono sensual-

Con una mano acarició mí mejilla y con la otra acariciaba mi longitud sobre el pantalón. Sus labios estaban cerca de los míos, dejó un pequeño beso en ellos pero corrí la cara, apretó mi miembro y agarre su muñeca.

-Encerio, basta! No quiero

(Ya saben lo que pasó)

Al otro día

Me desperté con un mensaje de Valeria, Mica ya estaba en la facultad.

Vale

Perdón por lo de ayer
11:07

ATREVIDA - truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora