-capitulo 14-

1.3K 58 4
                                    

//ya está, dejémosla ahí porque nos hace mierda a los dos//

Micaela

Estaba en la última hora de clase, me quedaba literatura. Me senté con Lit porque me guardo un lugar en el fondo.

Leíamos una novela, "Pedro Páramo", que se yo, era de suspenso, estaba piola.

La profesora leía en voz alta, mientras Mauro puso su mano en la zona alta de mi pierna y la acariciaba. Sentí un escalofrío ante el toque, no me incomodaba, pero era raro. Lo miré de reojo y seguía leyendo como si nada.

Sonó el timbre, guarde rápido mis cosas y salí del salón.

-Che gay, venís a casa? -le pregunté a mí hermano-

-No trola

-Bue, chau -lo saludé y salí a la vereda-

-Queres que te lleve wacha? -me dice Mauro-

-Dale

Me llevo en la camioneta, íbamos quejándonos de la tarea chota que nos pusieron.

Bajamos y lo invite a almorzar conmigo.

Entré, él entró atrás mío y cerró la puerta,  me dí vuelta para mirarlo y se lanzó a besarme.

Le seguí el beso por instinto, me subió a la mesada y apretaba su cuerpo al mío para que sintiera su intimidad dura.

Metió las manos por debajo de mí remera y como abrieron la puerta nos separamos.

-Turra, no me esperas.. ah bue -dice Mateo- sigan sigan -salio pegando un portazo-

Estos son esos momentos donde queres que te trague la tierra.

Me baje de la mesada y salí corriendo atrás de Mateo.

-Mau perdón, anda a tu casa, después hablamos bien

Manotee la llave y empecé a seguirlo, cuando lo alcancé lo agarre del brazo y lo di vuelta.

-Perdón perdón perdón no lo hice con intención, me encaró

-Pero no lo separaste -me miro frío y se soltó del agarré-

-Perdón encerio, no lo quería seguir

-Ya está Mica déjala ahí

-Mateo porfavor, perdóname, no te pido que no te enojes, solo quiero que me perdones

-Micaela es mi amigo, porque él? -se agarro de la nuca y miró para otro lado- porque me boludeas siempre? No es una relación sana esto, seamos los que seamos, pero vos sabés que me volves loco y estas actitudes de mierda la bajan una banda

Suspiró y me miró. No sabía que decir.

-Mateo perdon -lo mire con los ojos cristalizados-

Me agarró la cara y me dió un beso en la frente

-Ya está, dejemosla ahí porque nos hace mierda a los dos -se dio vuelta y se fue-

Cada una de sus palabras me hicieron sentir rota, pero me di cuenta que lo necesito en mi vida y lo perdí.

Sabía que estaba jugando con fuego y como una boluda me queme.

(...)

Ya estaba en casa, me había bañado para despejarme, pero sus palabras seguían en mí cabeza.

Me tire en el sillón y entro Camilo desesperado.

ATREVIDA - truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora