⋆✩⋆ Capítulo 18 Parte II⋆✩⋆

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Marinette por fin había podido dormir después de haber estado despierta pensando en las palabras de Luka. De cualquier forma, su paz se rompió cuando escuchó una enojada voz gritando y de pronto sintió un temor punzante recorriendo su cuerpo. Asustada, abrió los ojos y miró a Adrien, quien la miraba lleno de ira.

Se quejó del pequeño dolor, sosteniendo la mano de Adrien, la cual mantenía un agarre en sus brazos.

—¿Qué...?— dijo entre dientes.

—Esto es tan bajo, incluso más bajo de lo que yo haría. —Siseó cerca del rostro de la menor, mientras su mano se encerraba en sus muñecas. Caminó peligrosamente, mirándola furioso.

Adrien la asustaba. ¿De qué estaba hablando?

Con su cuerpo sacudiéndose de miedo, retrocedió hasta chocar contra la pared, llevando sus rodillas a su pecho.

—Adrien, basta..., estás asustándome..., ¿qué hice? No entiendo...

Adrien se rió, pero sonó seco.

—¡Deja de actuar Cheng! ¡Te enseñaré lo que sucede cuando un plan es contraproducente!— Adrien siguió caminando hacia ella, disfrutando al ver a Marinette temblar de miedo. Se acuclilló, jalando y separando las piernas de la azabache, presionando su brazo contra las muñecas de la menor para mantenerla fija contra la pared. La sonrisa de Adrien era cruel. —Nunca pensé que serías capaz de esto, pero aparentemente, me equivoqué. —Fue lo último que dijo antes de besarla con fuerza y agarrar sus muslos y alzarla para que sus piernas lo rodearan, mientras se presionaba contra ella.

Ella se incorporó lo más que pudo, para mirarlo bien desde su lugar. Los ojos verdes de Adrien amenazaban con tormenta.

—¿Creíste que no me enteraría de tu maldito plan de tenerme a tu merced? —los pechos blancos de Marinette miraban hacia adelante y Adrien tenía una preciosa vista estando abajo. Pero ni esa hermosa visión iba a desviarle de lo que vendría a continuación.

—No... Yo... Yo no he pensado eso en ningún momento... No sé qué pasa-

—Te felicito por tus putas conexiones, pero no te debo nada, y mucho menos lo necesitaba. Me cabreas, Marinette.

—¡Explícame qué carajos hice! ¡No te entiendo!

¡Plas!

Adrien le dio la vuelta y la puso boca abajo sobre sus piernas. Marinette era muy manipulable; y eso le encantaba.

—No pongas en duda mi trabajo como hermano mayor, Marinette, no te conviene. —gruñó Adrien bajándole el pantalón y la braguita. —¿Quién te has creído que eres para hablarme así? —Le propinó una tanda de treinta bofetadas en las nalgas, cada una más dura y picante que la anterior, pero nunca sin rayar la violencia. Marinette apretó los dientes y las soportó. No podía librarse de Adrien; y culebrear no servía de nada, así que, si hacerle aquello lo liberaba de parte de la angustia que decía que ella le había provocado, lo aceptaría. Odiaba verlo enfadado con ella o disgustado por algo que ella misma había provocado. No había sido esa su intención. Pero el arrebato de Adrien la había tomado por sorpresa.

La joven tembló sobre sus piernas. Ni siquiera le había acariciado el trasero una vez, y la piel ya ardía y clamaba por atenciones más suaves. Y entonces, Adrien la levantó, desnuda como estaba, y la apartó de él, con el trasero rojo como una guindilla.

Marinette dirigió la mirada hacia Adrien, que seguía sentado en su cama para ahora, estudiando imperturbable su reacción al recibir los azotes y no ser acariciada luego.

—¿Por qué... ¿Por qué me has hecho esto... ? —preguntó furiosa y también excitada. Bajo el despecho, bajo cada palmada, había un anhelo de continuar y hallar la liberación.

(1) Save ME +18 (Adrinette) AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora