⋆✩⋆ Epílogo ⋆✩⋆

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'Nuestra historia empieza aquí. Una historia de amor que seguiremos, sin mirar atrás.'

Una semana había pasado desde la confesión de Adrien y del incidente con Claude Ritchmond.

Marinette fue despertada por los rayos del sol que se colaban por su ventana. Parpadeó ante el brillo y bostezó, estirando sus músculos. Echó una mirada rápida a su alarma y supo que aún tenía tiempo para alistarse para su primera clase en el nuevo semestre universitario.

No había podido ver a Adrien desde hacía 3 días porque el resfriado del mayor había empeorado y había tenido que regresar al hospital. Y ya que era de alto contagio, no había podido visitarlo.

Extrañaba muchísimo a Adrien y el deseo de ir al hospital crecía más y más. Especialmente ahora que las cosas estaban claras entre ellos. Era una tortura no poder verlo ni hablar con él. Otra hora más pasó hasta que llegó a la universidad. Desmotivada, subió las escaleras y entró a su primera clase. Sin Adrien, no tenía ganas de ir a la universidad.

Se sentía un tanto irritada y estaba lista para saltarle encima a quien sea que se atreviera a fastidiarla. Incluso Kagami, Bridgette o Luka, quien también se había unido a su universidad, no fueron capaces de levantar su ánimo.

El doctor le había dicho que Adrien estaba mejorando, pero eso no era suficiente para ella. Ella quería cuidarlo, abrazarlo, alimentarlo y estar todo el tiempo cerca de él.

Sin decir más, se sentó en el último lugar del aula, dejó su mochila en el asiento de al lado y descansó su cabeza entre sus brazos. 'Que ya termine este día' fue todo lo que deseó.

Quince minutos después de que la clase empezara, la puerta se abrió y Adrien entró.

No se veía del todo bien, quizá ya no tenía fiebre pero se le notaba cansado, como si no hubiera dormido bien en días.

Adrien conocía muy bien a su novia y supo que iría a clases, era una buena estudiante después de todo, por eso había ido ahí en lugar de ir a su departamento. Kagami alzó la mirada, abriendo los ojos de par en par pero sin decir nada, no queriendo interrumpir la clase, más de lo que Adrien ya lo había hecho.

Adrien le sonrió y dio un asentimiento antes de buscar a Marinette con la mirada. La encontró sentada sola, en la parte posterior del aula.

Sus ojos se encontraron y caminó hacia ella, tratando que nadie viera sus emociones. Los ojos de Marinette se abrieron cuando vio al rubio entrando a clases. No se veía del todo recuperado y se preguntaba si se había escapado de hospital. Pero el deseo de saltar y correr a sus brazos era difíciles de reprimir.

Cuando Adrien se sentó al lado de ella, todo lo que la menor pudo hacer fue mirarlo con los labios abiertos.

—¿C-cómo es que..., eh?— tartamudeó sin saber que decir.

—Ha pasado mucho tiempo, ¿no?— dijo Adrien recostándose en sus codos.

Cuando la clase regresó a la normalidad y Adrien estuvo seguro de que nadie los veía, giró y le sonrió a Marinette, hablándole bajo para que solo ella lo escuchara.

—Te ves hermosa. Te extrañé.

Olas cálidas recorrieron el cuerpo de Marinette al escuchar la familiar voz de Adrien. Rápidamente se aseguró que nadie más los estuviera viendo antes de gentilmente acariciar la mejilla del mayor.

—Yo también te extrañé amor. Mucho más de lo que podrías imaginar.— Murmuró antes de dejar su mano en su regazo. —Te ves un poco pálido. ¿Estás seguro que está bien que estés aquí?

(1) Save ME +18 (Adrinette) AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora