Un gemido escapó de los labios de la fémina en cuanto el muchacho se arrimó una vez más hacia ella, encargándose de chocar su erección contra su entrepierna. Los labios del joven de cabellos bicolores no tardaron mucho en besar con posesividad aquel blanquecino cuello, el cual probablemente tendría algunas marcas rojas después. La chica mantenía su boca abierta soltando algunos suspiros debido al placer que le proporcionaba sentir el paquete de quien consideraba uno de los muchachos más guapos de toda la preparatoria contra su anatomía, y que además la tuviese en esa situación era todo aún mejor.
Sin embargo, el placer no la mantenía del todo cegada, puesto que en el momento en el que sintió los dientes del muchacho aderirse a su cuello, queriendo dejar aquella marca, ella tomó su rostro y negó con la cabeza. Le ansiaba que la marcara y que la proclamase como suya, pero sentía que faltaba algo más para saciarse por completo cada vez que tenía su celo. Recibió un gruñido del muchacho antes de que atacara sus labios con fiereza, con sus manos descendiendo lenta y suavemente por su cuerpo. Estas bajaron hasta llegar al trasero de la joven, el cual tomó entre sus manos y le hizo dar un salto que enrollara sus piernas en su cintura. La fricción que se provocó entre ambas partes íntimas provocó un jadeo tanto en el muchacho que necesitaba hacerla suya en ese momento como de la fémina, puesto que la falda correspondiente al uniforme que llevaba puesta provocaba que menos ropa estuviese entre medio de sus intimidades.
—Todoroki-kun —la chica gime su apellido sobre sus labios, y el mencionado rápidamente simula una embestida por sobre sus ropas, provocando que la muchacha vuelva a gemir, esta vez de forma más aguda. No les importaba estar en uno de los cobertizos del tercer piso, donde los utensilios de limpieza eran el único testigo de lo que estaba ocurriendo en ese momento.
Rápidamente desabrocha el cinturón de su compañero de clase, queriendo sentirlo dentro suyo cuanto antes. Todoroki gruñe ante su atrevimiento y muerde con fuerza el labio inferior de Uma. Sin embargo, la chica sigue con su acción de quitar su cinturón para acto seguido bajar el cierre de su pantalón junto al mismo y su ropa interior.
—Hazme tuya, Todoroki Shouto —gimió en su oído, provocando aún más al muchacho, quien rápidamente bajó un poco su ropa interior para luego adentrarse en ella sin preocuparse mucho de usar alguna protección. Luego ella tendría que preocuparse de tomar la pastilla.
