Capitulo 40

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El intenso aroma a cafe me hizo abrir los ojos, para mi sorpresa, Sebastian sostenia la taza frente a mi nariz, una sonrisa en su rostro y un plato con lo que parecian ser Beigels, huevos revueltos y tocino.

- ¿Dormiste bien?- Me pregunto mientras me incorporaba en la cama y estiraba mis brazos - Espero tu respuesta sea que si, porque tengo tiempo de llevarte al establo antes de irme a trabajar.- Lo mire confundida por unos segundos hasta que recorde donde estaba.

- Si, solo dame veinte minutos para darme una ducha despues de desayunar.- Respondi tomando un sorbo de mi cafe.

Durante todo el desayuno, mientras Sebastian hablaba con bastante animo sobre los negocios con su tio, quise preguntarle por sus chicas, sin embargo su emocion me detenia, cuando termine me di una ducha, apenas sali vestida Sebastian me coloco un sombrero vaquero de color blanco en la cabeza.

- Era el de mi madre, ahora es tuyo.- Dijo sonriendo y viendome de pies a cabeza, no pude evitarlo y sonrei, a paso lento lo segui fuera de la casa, hasta la caballeriza, al entrar el aroma de los caballos impregno mis fosas nasales- Esta es Tina, mi yegua, mi papa me la regalo cuando cumpli diez años.- Dijo acariciando a la yegua blanca.

- Cuando cumpli diez mi papa me regalo una bebe que lloraba.- Respondi caminando hasta el final de la caballeriza donde estaba un señor atendiendo uno de los caballos, el cual llamo mi atencion, su pelaje era negro como la noche, y su melena era tan larga como la vida misma- ¿Tu como te llamas?- Le pregunte mientras este movia su cabeza de arriba hacia abajo.

- Se llama Magnus.- Respondio el señor sonriendo - Es dificil domarlo, es raro que se haya dejado tocar por usted.- Comento mientras acariciaba la cara del caballo y este respiraba con fuerza.

-Era el caballo de mi padre, nunca logro montarlo.- Comento Sebastian viendolo - Quizas seas tu quien logre montarlo.- Dijo besando mi mejilla, lo mire a los ojos por unos segundos, reuniendo las fuerzas para preguntarle, pero mi oportunidad fue arrebatda por su tio quien entro a la caballeriza vestido de traje.

-!Sobrino¡- Exclamo, apenas Sebastian lo vio, sonrio, se aparto de mi lado y fue a abrazar a su tio- Lamento interrumpir su momento de intimidad, pero ya debemos irnos, nuestro socio esta esperando.- Dijo apuntando a lo lejos a un hombre de traje negro, llevaba lentes por lo que me fue dificil ver su rostro con detalle, sin embargo su postura daba mucho que desear. 

- Llegare para la cena.- Dijo Sebastian antes de darme un beso en los labios y partir junto a su tio, me quede parada ahi por unos munitos preguntandome si quien lo habia llevado a su primer club habia su tio, pero me deshice del pensamiento apenas me di cuenta que estaba obsesionandome con algo que era el pasado. 

-¿Quiere montar a alguno de los caballos?- Pregunto el señor amablemente interrumpiendo mis pensamientos.

-Me encantaria, pero para ser honesta, no se si pueda subir a uno.- Respondí apuntando a mi pierna.

-Si tiene algun problema, le aseguro que los caballos la ayudaran a mejorar. - Respondio.

-Por ahora solo me concentrare en acariciarlos y hablarles.- Respondi riendo nerviosa antes de acercarme a Magnus de nuevo; pase horas ahi, sentada en el suelo, frente al caballo, no me habia dado cuenta de lo tarde que era hasta que Francis entro a la Caballeriza con una bandeja, al verla me levante inmediatamente.

-¿Como se siente?- Me pregunto con voz baja y timida - El serñor Stan llamo, dijo que le tocaba su pastilla, por lo cual le traje alguna frutas picadas y sus analgesicos.- Sonrei y le di las gracias, antes de llevarme una fresa la boca- Tambien mando a decirle que esta noche cenaran los dos solos.- Suspire, justo cuando Francis se iba la detuve.

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