PRÓLOGO

887 153 42
                                    

✞︎ Prólogo ✞︎

No sabría decir exactamente cuándo lo vi por primera vez porque él siempre estuvo ahí.

No he visto su rostro, pero si sus ojos.

Nadie lo ha visto, solo yo.

Espera en mi patio hasta que mis padres se duerman para entrar por la ventana de mi habitación. Cuando estamos en público se mantiene alejado pero aun así la gente no lo nota. No se detienen a curiosear sobre su atuendo poco típico, o aquel trapo que cubre la mitad de su rostro, mucho menos se detienen a observar esos hermosos ojos de diferentes colores. Entonces queda más que claro que soy la única que puede verlo.

No es un humano, menos un vampiro y tampoco es un fantasma. Hace mucho tiempo me dejé de preguntarme qué es. Eso parecía ofenderlo.

En resumen no sé nada de él y tampoco quiero averiguar porque la curiosidad mato al gato. Y todos sabemos que cada gato curioso si murió.

Ignoro todo aquello desconocido para no correr peligro, así es, no soy la chica curiosa que seguirá a su crush por un bosque, un cementerio, o intentara averiguar que oscuros secretos esconde.

¿Quién diría que aun tratando de evitarlo terminarías en peligro?

Bueno, estuve varias veces en peligro. Por ejemplo: aquella vez que casi caigo del techo de tía Ariel cuando tenía tres años, la vez que casi nos pisa un auto por el descuido de papá a los seis, o cuando colapso la escuela a los doce (gracias a él no murió nadie).

Esa era su trabajo, cuidarme de todo mal, confiar en él. ¿Por qué? No lo sé ¿Sentía curiosidad? Sí, pero no voy a preguntar, ya pase esa fase de hacer preguntas cada cinco segundos.

Con el tiempo aprendes que cada cosa pasa por algo, al fin y al cabo, no importa cuánto tarde, la verdad te termina alcanzando.

¿Cuantas mentiras eran necesarias para ocultar la verdad?

En casos extremos se toman medidas extremas.

¿Todo fue un engaño?

Sí, absolutamente todo.

Dluxiumstor (Glorioso Infierno I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora