Dluxiumstor (Glorioso Infierno I)

CAPÍTULO X

✞︎Capítulo X: Ataque.✞︎

✞︎Clo.✞︎

✞︎Primero de enero.✞︎

Busqué por las estanterías de la gran biblioteca el libro que me recomendó la profesora de Derechos, estoy hace media hora en búsqueda y me da terror imaginar que me lo saltee por error, están ordenados alfabéticamente pero hay más de quinientos libros que empiezan por la misma letra en un solo género.

Sin dudas este sería el paraíso de cualquier lector, menos el mío claro está, porque aunque he leído una gran variedad de libros, ya que no me gusta mirar series ni películas, no me considero una gran fan de ellos.

Ah y también porque estoy de mal humor.

Hoy amanecí con buenas vibras y feliz porque había escuchado a mi queridísimo Lux haciendo el desayuno. Mientras me duchaba planee hablar con él, ponernos al día, contarle sobre el beso y dejar que justifique el que me haya ignorado. Básicamente mi plan era que nos comportáramos como una pareja sana y madura.

Obviamente eso no sucedió porque me denigró a la primera que pudo; dijo que no valía nada sin él, o sea mil y un pendejadas.

Estaba enfadado, no conmigo, sino con Helga. En el momento me desagradó que dijera esas cosas en su contra pero ya calmada me di cuenta que a veces en momentos de ira podemos decir cosas que no queremos.

Además si el de la situación fuera él, tal vez yo también lo diría. Quise analizar más ese tema pero cada vez que lo imaginaba besando a otra persona se me removía el estómago.

Por lo que me queda que aquí el problema no son las palabras, es que Lux si quiere hacerle daño, cosa que no permitiré nunca. Me apetece seguir durmiendo sin culpa en mi sistema.

Luego del almuerzo me acerqué a la biblioteca a pedir algún libro que hablara de los derechos de un humano en Glorioso Infierno, amablemente me delegaron a la profesora de Derechos que me dijo cien cosas antes de indicarme el pasillo en donde encontraría lo que buscaba.

Leí atentamente el lomo de los libros pero me es tan aburrido que me hace cruzar los ojos involuntariamente, sigo un par de minutos más hasta que logré encontrarlo y quiero golpearme al ver que es un libro muy difícil de pasar por su gran tamaño.

Lo tomé sentándome en el suelo, abrí en el índice y fui a la sección que estaba buscando sumergiéndome en las palabras. Ahora, cada vez que me concentro, puedo distinguir el idioma que leo, la mayoría está en sumerio pero hay varios libros en hebreo, latín, arameo y una mezcla de muchos que aún no logro descifrar del todo.

El enojo que me traigo me obliga a releerlo varias veces tratando de asimilar que cada palabra que dijo Lux: es cierto.

Un sentimiento extraño se aloja en mi pecho, soy nada sin Lucifer, y no lo digo de una manera romántica, literal soy nada sin él. No tengo derechos, mucho menos una voz que diga: hey, si estás en problemas, estoy aquí para ti.

Muchas veces, creen que es romántico pertenecerle a alguien —sé que lo dicen en otros contextos— pero la idea de depender por alguien, ya sea el típico "no puedo vivir sin ti" es enfermizo e inhumano. Romántico es ver feliz, sana y con autoestima a tu pareja, nadie quiere que el amor de su vida esté envuelto en una maraña de dependencia tóxica.

Vale, mi existencia me valía tres pepinos pero estaba bien, porque tenía leyes a mi respaldo en mi mundo. Aquí mi existencia les vale tres pepinos a todos, podrían apuñalarme y dejar al asesino sin consecuencias, ni siquiera se tomaría como un asesinato.