Capítulo 8

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Jimin abrió sus ojos lentamente, perdido y confundido, porque no entendía de dónde salía tanta luz si él siempre corría las gruesas cortinas de su habitación para no ser interrumpido al dormir.

Solo que no estaba en su cuarto.

El recuerdo de lo ocurrido la noche anterior lo golpeó de repente, haciendo que se sentara rápidamente en el sofá, intentando despertar. El departamento aún seguía en silencio, pero el intentó agudizar su audición para ver si en realidad había señales de Jungkook.


Negativo, el chico aún seguía dormido.


Luego de ver la hora en su celular entendió por qué, tan solo eran las 7:47 de la mañana, cosa que lo hizo maldecir internamente porque le habría encantado seguir durmiendo, pero no estaba en su casa, en realidad estaba en malos términos con el dueño del departamento, y necesitaba hacer ciertas cosas para poder estar en paz.


Por eso se puso de pie y fue lo más silenciosamente posible hacia el baño, para luego dedicarse a ver cómo dejarle una nota a su amigo. No iba a despertarlo y hacer que lo odiara, si es que no lo hacía ya.

Una vez que encontró papel y lápiz y escribió su mensaje, colocó el cartel en la heladera de Jungkook, seguro de que iría directo allí por agua al despertar. Acomodó lo mejor posible el sofá y las prendas que el otro chico le había prestado, aunque deseó quedarse con la remera, y luego tomó todas sus pertenencias para salir del lugar.

Ya en el pasillo se colocó sus zapatos y abrigo, y se dirigió al ascensor tan nervioso como decidido.



Hizo algo de tiempo en un café que quedaba en la esquina de donde vivía Jeon, mientras desayunaba e intentaba prepararse para la charla que tendría esa mañana. Le había dejado un mensaje a Jihyo diciéndole que necesitaba pasar por sus llaves, y solo esperaba que la chica le respondiera para poder viajar hasta allí.

Para su suerte y mala suerte a la vez, minutos después le llegó un mensaje de ella dándole permiso.




(...)




Nuevamente frente a la misma puerta, nuevamente sentía nervios, pero sabía que esto era lo correcto.


─ Buen día Jihyo. ─ Saludó lo más educada y cálidamente que pudo, mientras pasaba y le tendía una bolsa con comida para que la chica también desayunara en algún momento.

─ Buen día Jimin, gracias por el gesto. ─ Era extraño para la chica, pero se alegró de sentirse bastante cómoda de ver al chico nuevamente. Supuso que el obsequio había sido lo que ayudó en parte a romper el hielo y en demostrarle que pese a todo, ambos aún podían llevarse bien.


O eso intentaba creer desde que el muchacho había abandonado su casa y ella había estado llorando hasta dormirse.


Jimin supuso que eso ocurrió, y pudo notar los ojos algo hinchados de la muchacha, pero por supuesto no hizo mención de eso, y contuvo sus ganas de abrazarla.

Just Kids; jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora