Séptima noche

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Adora nunca antes había intentado buscar a Light Hope, sin embargo, le fue fácil deshacer el pequeño encanto que tenía la carta para poder ver el mensaje oculto. La experiencia que había ido adquiriendo con el paso del tiempo, había dado sus frutos. Además, había sido una buena idea haber conservado esa carta.

Mientras caminaba hacia el faro que estaba en medio del bosque, pensaba en porqué no había intentado encontrar a Light Hope. La recordaba como una mujer fría, fuerte y orgullosa. Pero a pesar de esto, cada vez que miraba a Adora, en su mirada se reflejaba el dolor de la pérdida. Era por esa razón que era lo mejor mantenerse separadas, para superar el dolor de haber perdido a Mara.

El mensaje oculto era bastante simple: "Cuando estés lista, ve al faro del bosque." Adora nunca entendió la utilidad de un faro en el bosque, pero supuso que estaba ahí con otros fines. Entró por una vieja puerta de madera, que guiaba directamente a una escalera de caracol de piedra maciza por la que se ascendía a la vieja torre.

Cuando llegó hasta arriba, donde la vieja linterna, notó que en una mesilla había un pequeño papel, al lado de una pluma con su tintero. Estaba encantado, y la letra de Light Hope rezaba "Enciende el faro". Una vez que la caza demonio lo leyó, el papel se desvaneció. Adora encendió la linterna que era una vieja lámpara de aceite, y esperó.

Escuchó unos aleteos acercarse, era un búho que entró por la enorme ventana que daba paso a la luz. En su pata, tenía un pequeño compartimento para guardar mensajes. Adora lo abrió y sacó un pequeño papel que estaba en blanco. Escribió lo único que atraería a Light Hope: "Encontré a Hordak". Una vez que guardó el papel en el compartimento, el ave voló de regreso.

Adora supuso que con ese aviso sería suficiente, Light Hope la encontraría en el momento indicado, después de todo, le había dado un talismán para ello. Dio un pequeño vistazo a su cinturón, cuya hebilla era un ala dorada, el talismán protector de Light Hope. Decidió que era momento de volver a la cabaña a descansar, Catra podría despertar y notar su ausencia.

Durmieron hasta un par de horas más tarde del amanecer. Adora parecía determinada a encontrar a Hordak y matarlo, no importaba qué tan difícil fuera a resultarle. Toda su vida se había preparado para ese momento, para vengar a su familia. Catra la observaba en silencio, su mente estaba hilando un plan a toda velocidad, con tal de evitar que muriera. Debían partir cuanto antes, ya que la noche hace a los demonios más fuertes.

Se encaminaron a Frightzone, donde más allá de aquellas tierras, existía un volcán inactivo, el cual era el escondite de Hordak y sus esbirros. En el camino Adora dejaría un mensaje al reino de Brightmoon, en caso de que la reina Glimmer quisiera apoyar con soldados o magia. La caza demonio esperaba que honrara la antigua alianza de la casa Grayskull con el reino de Brightmoon.

Pero las puertas del castillo no se abrieron para Adora, por lo que sólo dejó una carta para la reina. Se retiró molesta del reino, había sido una pérdida de tiempo considerar como aliada a la reina Glimmer. Se prometió no volver a trabajar para la realeza bajo ninguna circunstancia. Siempre le sucedía lo mismo con los nobles, sólo les importaban sus bienes o tierras, los objetos para ellos siempre valían más que las vidas de otros, que sólo eran valiosos mientras les fueran útiles.

La casa Grayskull no era así, el honor era importante, todas las vidas tenían valor, y la libertad también era importante, por eso el escudo tenía alas, simbolizaban la libertad. Su familia le había enseñado valores que ella honraría hasta su muerte. Suspiró con pesadez, no era momento de lloriquear, era momento de concentrarse en la batalla que se aproximaba.

Cuando llegaron a Frightzone, un escalofrío recorrió su espalda, y Catra se abrazó con fuerza a Adora. La caza demonio percibía cierta energía mágica en el ambiente, magia oscura y demoníaca, lo cual no era una buena señal. A pesar de esto, notó que a la súcubo también le incomodó, por lo que probablemente se habían unido más de lo necesario.

Siete noches con la súcubo - Catradora AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora