One Shot's Kimetsu no Yaiba.

Enciende tu corazón

Llorasion de una pendeja en proceso.

Escuchar con canción de fondo.

Yo no lo vo a hacer porque ya estoy llorando.

~°~°~

  "Querido hermano menor...

   - ¿Querido? Senjuro no es solo mi querido hermano menor. ¡Si tengo que describirlo acabaría las reservas de papel! - Comentó a nadie Kyojuro Rengoku, mientras intentaba redactar una carta para entregar a su hermano menor en caso de una muerte temprana.

  Idea que llegó a él momentos después de despertar en la Finca Mariposa, lugar al que había sido encomendado luego de una batalla en la que sus tímpanos habían resultado heridos.

"Querido, adorado, determinado y valiente Senjuro...

  - ¡Eso suena mejor! - Volvió a gritar.

  Había estado pensando en no escribir demasiadas palabras. Pero describir a la personita que lo inspiraba a mejorar cada día y por la cual brillaba como un gigantesco sol... No era algo posible de hacer en menos de veinte palabras.

  Horas pensando en solo la primera oración.

  - ¡Ahora debo despedirme sin hacer que se ponga triste! ¡Si llora debere apuñalarme a mi mismo en el más allá!

  Shinazugawa Sanemi, Pilar del Viento que pasaba por el lugar, se limitó a ignorar los gritos del Rengoku, que llenaban el lugar.

  Todos deberían acostumbrarse a eso.

  "Sí estás leyendo esto, me morí...

  Definitivamente no. Su idea era brindar un poco de calor al corazón de Senjuro. No congelarlo de un golpe mortal.

  "Si estas leyendo esto, significa que ya estas al tanto de la situación...

  - Pero con esas palabras se pondrá triste antes de terminar la carta - Quería encontrar lo imposible.

  La manera de despedirse de su hermano, sin que la tristeza llegará a este.

  Nunca se permitió a si mismo demostrar tristeza, la sentía, sí. En especial luego de la muerte de su madre, donde se convirtió en un pilar.

  No como los que asesinan demonios, aún no.

  Se convirtió en un pilar para su hermano, la persona que brindó a Senjuro el soporte que necesitaba para no hundirse en un mar de tristeza a tan corta edad.

  Un pilar con sus propias grietas y heridas, pero un pilar que jamás se caería para su hermano.

  Y tenía miedo.

  Si el moría ¿Qué sería de su hermano? Sabía que el pequeño era fuerte, demasiado para alguien de su edad.

  Pero a sus ojos, Senjuro nunca dejaría de ser el niño pequeño que él cargaba a sus espaldas, el niño que dormía a su lado por las pesadillas que se atrevían a invadir su pequeña mente.