We are what we are

Parte 1 Ladrona

Era su primera semana en la universidad. Lo que siempre había soñado, estudiar medicina. Su Curriculum impecable en el instituto le tenía que servir para algo. Todos los "Lexa eres un muermo de empollona" "¿Sabes lo que significa la palabra diversión?" ahora tenían su recompensa y podía estamparles en la cara su carta de admisión. No es que no hubiera tenido más vida que el estudio, pero había sido una parte muy importante.

Su madre se iba a presentar para alcaldesa de Somerville, un pequeño pueblo de Boston dónde había pasado toda su vida, su hogar en el planeta tierra, su lugar seguro. Su padre era un médico reputado allí, en el CHA perteneciente a la Cambridge Health Alliance y ella estudiaría la carrera en Hardvard, Boston, apenas una media hora en transporte público de casa. Desde que era pequeña había soñado con seguir allí los pasos de su padre, ser su digna sucesora y cuando algo se le metía entre ceja y ceja, no había nada que pudiera pararla. Nunca le había faltado de nada y la educación que recibió fue bastante recta, todo el mundo había esperado mucho de ella, pero como había dicho, siempre cumplía las expectativas. Vivían en una gran casa en el mejor barrio residencial de la zona. No tenía excesivos amigos, porque su vida siempre había girado en entre el instituto, las clases de música, las de equitación, lectura... etc. Su madre decía que tenía grandes planes para ella, que debía ser una mujer ilustrada en todos los ámbitos de la vida, repetía "Algún día me lo agradecerás Lexa" y se había encargado de organizarle la vida conforme había creado que sería lo mejor para ella. No se quejaba, a veces se agobiaba un poco con tanta actividad y tan poco tiempo libre, tanto protocolo y tanto esforzarse en ser la hija perfecta dentro y fuera de casa. No tenía muchos amigos pero que tenía una mejor amiga Raven Reyes. No recordaba un momento de su vida en que no estuviera ya a su lado, y literalmente eran prácticamente vecinas. Por suerte aunque no iban a estudiar la misma carrera, iban a ir a la misma universidad y no se sentiría tan sola los primeros meses.

Cariño, acuérdate de venir directa casa después de las clases, tienes que ayudarme a organizar lo de la cena de esta noche.

Si mamá, no se me olvida, se lo importante que es para ti.

Gracias mi amor - Su madre se acercó para darle un beso en la frente - Venga vete, no vayas a llegar tarde, no puedes descuidarte

Quedó con Raven en el cruce, las dos cogían el tren juntas hasta la universidad. Su amiga siempre tenía cara de sueño por las mañanas, no se había acostumbrado después de tantos años a madrugar todavía. Y lo peor no era eso, era que se le dormía encima durante el trayecto a la universidad.

Quedaban siempre en verse a la hora de comer para hacerlo juntas, prometieron que eso no cambiaría aunque conocieran gente nueva, la echaba de menos en clase, así que, que menos que pasar todo el tiempo que pudieran juntas, como los últimos 14 años.

Las clases le parecían apasionantes, no quería que la llamaran empollona si participaba demasiado en ellas, no quería volver a pasar por lo mismo que en el instituto, aunque allí sus presentes compañeros parecían estar igual de concentrados que ella en las explicaciones, no parecían tener tiempo para meterse con ella, aquello iba en serio, esa gente se lo tomaba en serio, pero solo por precaución se contenía un poco, nunca hay que dar nada por hecho. También había percibido que no le iba a ser demasiado complicado integrarse con sus compañeros y había hablado con más de uno en reiteradas ocasiones, incluso la habían invitado a ir a una fiesta a los dos días de empezar las clases. La vida universitaria iba a otro ritmo, le hubiera encantado ir, pero siempre tenía cosas que hacer con su familia en Somerville, eventos y ese tipo de cosas, sobre todo ahora que su madre estaba en plena campaña electoral.

¡Ey Woods! Te he guardado un sitio

¿Uno Reyes? El banco está vacío

Porque he echado a todo el mundo para que tu estes cómoda