s ᴇ ɴ ᴘ ᴀ ɪ

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Capítulo ligeramente más largo de lo habitual.
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El móvil le había estado vibrando desde que llegaron a casa. Gustabo lo miraba hostigado de que el celular no le dejara de sonar, él sabía que normalmente cuando le llegaban muchos mensajes a su hermano era porque había hecho alguna petición en su grupo de cruising que tenía, y que no habían tardado en responder.

Horacio también lo sabía y por eso no había atendido, hasta que recordó que el no había hecho ningún ofrecimiento aquel día. Tomó el dispositivo de la mesa y lo encendió, tenía 8 mensajes y una llamada perdida de Conway. ¿Por? Abrió la aplicación de mensajería, seguidamente después el chat. Le había cambiado la última vocal después de su encuentro.

Papi

Con que saliendo de fiesta, ¿no?

¿Por qué no me invitaron?

¿Te gustó lo que te hizo Gustabo?

Al leer este último mensaje, miró rápidamente hacía el rubio, que estaba pasando los canales desinteresado en la televisión. Regresó la mirada a la pantalla, tragando saliva nervioso.

¿Con el permiso de quién?

¿Te recuerdo los términos y condiciones que aceptaste?

¿Te recuerdo a quién le perteneces?

Comenzó a tener un leve temblor en las manos, el cual pudo controlar a tiempo antes de que el rubio se diera cuenta, pues este lo veía de reojo.

Sabes lo que toca, ¿no, Horacio?

Te quiero sin rechistar a la medianoche en mi casa.

Y seguidame vio la llamada perdida, la hora en la que había entrado la llamada maraca 5:30 pm, hora en la cual se encontraban los inspectores en el bar haciendo quien sabe qué.

Dejó el móvil en la barra de la cocina y fue a su habitación a cambiarse. Se había puesto ya la pijama, eran las once de la noche y no planeaba salir así. Tomó la misma ropa con la que habían ido al bar, se molestó solo en retocarse el delineado y dejó como estaba su cresta, sin peinar. Últimamente le gustaba más en caída que parada.

Quiso regresar por el celular pasando desapercibida de Gustabo, pero esto fue en vano, pues en cuanto cruzó la cocina, el rubio posó su mirada en él.

— ¿Vas a algún lado?

Horacio apretó los ojos e hizo una mueca con la boca, señal de que había sido descubierto. Tomó rápidamente su móvil y lo guardó en su bolsillo.

— Eh, sí, sí. Volkov me pidió que si le ayudaba con un caso.

Y le guiñó el ojo dándole a entender otra cosa. Gustabo asintió pícaro y se volvió al televisor. Horacio soltó aire aliviado y salió velozmente de la casa. Está vez sacó su mini, lo encendió, puso reversa y salió disparado a la casa de Conway, haciendo una breve parada en una sex shop, comprando lubricante, condones y quizá un un plug anal que si le daría chance, lo probaría con él.

Condujo al departamento de su jefe, a la velocidad prudente, pues no quería llegar pero si se presentaba impuntual, el castigo probablemente sería peor.

Aparcó delante el inmueble y bajó con la pequeña bolsita de la tienda, se la colocó en la muñeca y metió sus manos a los bolsillos laterales de la chaqueta que traía puesta. Pasó el lobby, subió al ascensor, las piernas le temblan. Las piernas, las malditas piernas que aún no se habían recuperado, su culo. Ay madre mía, mi culo. Apretó el botón número 8 y esperó a que las puertas se abrieran.

𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 𝐏𝐋𝐄𝐀𝐒𝐄      [Multishipp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora