𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 𝐏𝐋𝐄𝐀𝐒𝐄 [Multishipp]

ᴄ ᴀ ɴ ᴅ ʏ

Los inspectores se había retirado a su casa, los superiores se habían quedado en comisaria a arreglar el "papeleo" del sujeto que tenían retenido, al menos ese era el plan inicial, o era solo una simple coartada para continuar lo que había dejado inconcluso. 

Conway ni siquiera esperó a llegar a su oficina, en el pasillo  para llegar a tal lugar, había aprisionado contra la pared al más alto, devorando salvajemente su cuello , o por lo menos hasta  donde alcanzaba. Dejaba fuertes marcas sobre su piel mientras dirigía sus manos hostilmente a los botones de la camisa del mismo. Una vez tuvo visión del pecho de Volkov, lo jaló velozmente hacía adentro del despacho, poniendo pestillo torpemente. 

Cuando estuvieron los dos adentro, se miraron por unos segundos a los ojos, Volkov demostraba deseo y, ¿qué era eso? ¿Sumisión? Conway sonrió, este le transmitía lujuria a unos niveles atmosféricos impresionantes, como si hace unos días no hubiera dejado a alguien en dos, como si tuviera años sin follar. 

Tumbó a Volkov sobre uno de los sillones, quizá el mismo donde había estado haciendo berrinche un par de horas atrás, le abrió las piernas y quitó su cinturón junto con su pantalón con rapidez, dejando como única prenda su calzoncillo, el cual ya remarcaba una notoria erección. Conway contuvo una gran sonrisa mordiéndose el labio inferior. 

 El menor llevó por un momento la cabeza hacía atrás, cerró las ojos y trató de controlarse, pero no pudo hacerlo cuando sintió como el intendente se acomodaba encima de él. No pudo evitar soltar un jadeo cuando sintió que Conway estaba aún más desnudo que él. Regresó su cabeza y estableció contacto visual con el miembro visible del mayor. 

— ¿Realmente lo va a hacer? 

Cuestionó con un a respiración pesada, su pene, debajo de la tela, ya estaba sintiendo el roce de la entrada del mayor con él. Tuvo que contenerse para no cazarlo en ese momento. 

— Yo hago lo que me sale de los cojones. 

— ¿En serio me va a montar? 

El superintendente sonrió malvadamente, ¿acaso sus planes habían sido demasiado obvios? La intención de mostrarse posesivo ante él podía darle una impresión de quién iba a penetrar a quién, pero en cuanto Conway se postró sobre su regazo de piernas abierta, Volkov supo de que iba. 

— Pero no para que gemir tu nombre, aún montándote vas a gemir el mío. 

Dicho eso, Volkov se incorporó decidido con el intendente encima y se acomodó un poco más recto. Entonces iba a dejar salir a la bestia, entonces no iba a dejar que Conway ganara, sería una batalla digna de disfrutar de ambas partes, ganara quién ganara. 

El ruso aprisionó con sus manos la cadera del mayor e inició un movimiento lineal, de atrás hacía delante, que Conway continuó por si solo, sin embargo, el agarre no se alejó.  El mayor hizo un gran esfuerzo por que no se le escaparan los jadeos que estaba conteniendo con una fuerte mordida de labio mientras miraba a los ojos a Volkov. 

— Parece que el dueño se ha convertido en una puta más.

Al decir esto, Volkov sintió como una de las manos del contrario le rodeaban el cuello y apretaba ligeramente, excitándolo de alguna manera.  Conway acercó su cara sin dejar de frotarse contra él y junto sus sudadas frente. 

— No hables a menos de que yo te lo indique, imbécil. 

Soltó el agarre el cuello y le propinó una bofetada. El comisario, un poco irritado de la situación, se bajó los bóxer con su jefe aún encima, elevó un poco la cadera y le tela desapareció, dejando  al aire un gran miembro levantado que esperara por alguien.