𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 𝐏𝐋𝐄𝐀𝐒𝐄 [Multishipp]

ᴀ ᴋ ɪ s s

Fred y Dan se encontraban patrullando, la
cuidad parecía ir tranquila, y esto para ellos, era una mierda. Aunque ninguno de los dos estaba poniendo atención realmente a las calles. Cada uno está obsorto en sus pensamientos.
El rubio veía hacia afuera con la cabeza en el momento en que Conway acariciaba su vientre, sonrió torpemente. Aún no entendía en qué momento se había dado eso, pero lo que sí entendía era que tanto él como su jefe se cargaban una tensión sexual impresionante. Tanta era que Gustabo había fantaseado con un Daddy kink. ¿Cómo? ¿Qué era eso? Recordaba haberlo leído en algún artículo aleatorio que le salían en la sección de noticias cuando abría el navegador en su ordenador. ¿Daddy kink? ¿En serio? Bueno, aquel autor lo había descrito como algo fascinante, y a Gustabo pareció gustarle. ¿Me gusta el daddy kink? Joder, eran trescientos los pensamientos que no se percató de que en cierta zona, cierto amigo empezaba a llamar su atención.

Por otro lado, Dan manejaba a una velocidad menor a la que ambos estaban acostumbrado. También estaba metido en sus ideas, tambien mantenía una mirada fija al frente, pero no prestaba mucha atención a su alrededor. ¿He visto bien cómo me miraba el comisario? Bueno sí, Volkov le había soltado una mirada de deseo de arriba a abajo mientras él caminaba en dirección al parking. ¿Habrá visto mi guiño? Lo vió, y no supo cómo responder. Entres los dos se intimidaban, la diferencia es que a uno no le importaba demostrar que estaba siendo coqueto mientras que el otro trataba de ocultar todo tipo de sentimiento positivo. Pero aquellos ojos, hace unas horas atrás, no sé habían molestado en guardar cualquier tipo de sentimiento. Lo había visto bien. ¿Él me desea? Oh, más de lo que imaginas Horacio, más de lo que imaginas.

Todo aquello se estaba saliendo de control, aquel había sido el primer encuentro de Gustabo con Conway, y el rubio sabía que se avecinaban más. No solo era un beso, no. Ambos estaban perdiendo la cabeza.

Ni uno ni el otro supo en qué momento llegaron a comisaria, pero su turno había terminado.
Horacio aparcó en el garage y ambos salieron del patrulla. Estaban cansados y no sabían de que, si durante la vigilancia no se había bajado del auto, dejando pasar uno que otro asalto y chivatazo de vehículos. Algo dentro de ellos tenía pasar para que dejarán correr un chivatazo. Algo intenso.

Entraron a comisaria con una paso lento. Dan con su característico caminar que hacía que una que otra mirada se posara en él, Fred, con un paso un poco masculino abría las puertas del edificio, dando paso primero a su compañero.
Ambos se dirigieron a los vestidores, cada uno a su respectiva taquilla. Era tarde y los únicos que estarían de servicio serían el abuelo, el ruso y probablemente Greco, por lo que tanto Gustabo como Horacio procedieron a quitarse las máscaras ahí mismo.
El moreno se pasó a quitar el chaleco junto con la camisa policial que llevaba. Gustabo miró de reojo.

- De lo que se perdió Volkov.

Horacio solo soltó una risa tonta y Gustabo le sonrió. Este último se concentró en su taquilla, introduciendo la numeración para abrirla.
Una vez abierta, también se quitó el chaleco, dejándolo dentro de esta. Sin este, se podía apreciar mejor el perfecto torso de Gustabo. Aquel cuerpo que tanto deseaba Conway tocar sin piedad alguna.

Los dos dejaron de moverse cuando escucharon un par de voces acercarse a los vestidores. Se miraron nerviosos. Aunque Gustabo aún no le había contado aún lo que había pasado en el despacho de el superintendente, Horacio lo sabía perfectamente, así como el contrario sabía el tipo de miradas que el comisario le daba a su hermano.

El más alto rápidamente tomó el crop top azul que había guardado con anterioridad en su llegada a comisaria ese día. Pero las manos la tenía temblando y hacía movimientos muy torpes. ¿En serio me vas hacer esto ahora? Solo es un puto crop top, metes la cabeza y ya está, rápido. Su cuerpo se negó a obedecerlo. Se le cayó la prenda y justo cuando iba a levantarla, la puerta se abrió.
Gustabo había estado observando con diversión a su hermano hasta que el sonido de la puerta siendo abierta lo dejó congelado.