ʟ ɪ ᴀ ʀ

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Horacio salió de Gustabo rápidamente, se bajó del sillón en busca de sus pantalones en el proceso que estaba de ponérselos, se dirigió a la puerta mientras les hace un ademán los restantes de que se fueran a la habitación. Miró a Gustabo antes de abrir, le dijo con los ojos que él se tenía que quedar y que se apurará a vestirse, el rubio no dudó y corrió hacia sus prendas mientras los dos restantes se iban en bolas a la habitación de Horacio, la primera que vieron, con sus ropas entre los brazos. Cerraron la puerta del cuarto una vez estuvieron adentro, ambos pegaron la oreja a la puerta.

El moreno abrió sonriente la puerta, mostrando su torso desnudo y un pantalón mal abrochado, le sonrió al que esperaba ser invitado.

— ¡Horacio! Tenemos que hablar, puto.

Apartó al crestas para poder pasar y un olor fuerte a colonia lo invadió, arrugó la nariz y se fue a sentar en el antecomedor que tenían en la cocina.

— ¿Dónde está el joto de Gustabo?

Emilio alzó su cabeza para buscar en su visual al otro individuo, el cual salió reluciente del baño. Con los brazos alzados y sonriendo triunfante.

— ¿Me buscabas, guapo?

Y le guiñó el ojo en forma de broma, él sí traía toda su ropa puesta. Emilio rodó divertido los ojos y realizó un ademán que invitaba a los restantes a sentarse. Obedecieron.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué tanto alboroto?

Gustabo se recargó a más no poder en su silla, subiendo los pies descalzos a la mesa dónde comían. Horacio lo miró molesto, este estaba inclinado hacia delante, con los brazos como soporte, mirando al mexicano.

— ¿Interrumpí algo?

Los dos restantes casi se ahogan con su propia saliva, negando rápidamente con su cabeza mientras recobraban el aliento de la tos que los había invadido. Emilio asintió con el ceño ligeramente fruncido y procedió a hablar en cuanto se lo indicaron.

— No, no, no. Para nada. Gustabo estaba...

— Durmiendo y Horacio se iba a meter a bañar. ¿Qué pasa?

Volvió a insistir el rubio. Los superiores escuchaban todo atentos mientras se iban poniendo sus ropas , sin darse cuenta de que se estaban poniendo la del contrario.

— ¿Que no han visto Twitter?

Los hermanos se miraron extrañados, tenían mucho que no entraban a dicha red social, negaron con la cabeza mientras regresaban la vista a su invitado, el cual estaba sacando su móvil para ingresar a la aplicación, buscar el tweet que había guardado y enseñárselos.

Tanto por la cara de Gustabo como la de Horacio, pasaron miles de expresiones al ver el tweet, ninguna buena. Volkov y Conway, al no escuchar nada de parte de los menores, se miraron preocupados. ¿Qué había pasado?

— ¿Se acuestan con el borracho y el viejo ese?

Preguntó incrédulo, terminando de creer lo que estaba pasado. Emilio se había mostrado una publicación que decía: Parece que el Superintendente y el Comisario trabajan duro en comisaria, y anexaban un vídeo de un minuto, la pantalla estaba en negro pero el audio eran ellos gemiendo.

Horacio dejó caer su cabeza hacia delante, cayendo sobre la mesa. Se golpeó repetitivamente la frente. Gustabo se volvió a su respaldo con un semblante frío, sin dejar de mirar a Emilio.

La publicación tenía 200 me gusta y 478 retweets.

Los mayores, al escuchar la pregunta y que los otros no contestaban, ampliaron sus expresiones a unas sorprendidas con un toque de molestia. Volkov, siendo tan impulsivo siempre, se incorporó y salió de la habitación, con dirección a la cocina.

𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 𝐏𝐋𝐄𝐀𝐒𝐄      [Multishipp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora