Un asunto de Umi

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Un pequeño llanto se escuchaba en la habitación de Maki y Honoka, la pelijengibre ingresó rápidamente a la misma, se acercó a la cuna y levantó a la bebé para cargarla

Honoka: Mi pequeña despertó, buenos día, Mato, ¿tienes hambre?.

Honoka mecía suavemente a la pequeña, esta solo lloraba

Maki: Ya la despertaste.

La pelirroja dio una ligera risa y le dio un corto beso a Honoka

Honoka: Creo que la niña tiene hambre, pero tú sabes más de eso.

Honoka dio una ligera risa y le entregó la pequeña a Maki, esta la recibió en brazos cariñosamente

Maki: Ya, ya, hija, ¿es cierto lo que dice Honoka, tienes hambre?.

La niña se calmó un poco, pero seguía con un ligero llanto, Maki acomodó a la pequeña y le dio el pecho, esta comenzó a comer inmediatamente, Maki al ver eso dio una ligera risa

Maki: Comes como desesperada, te pareces a tu madre.

Honoka también rió

Honoka: Digna hija mía, además, también me gusta cuando Maki me da el...

Maki: Honoka!.

Maki se sonrojó ligeramente

Maki: No digas esas cosas, es vergonzozo.

Honoka volvió a reír y besó a Maki en la mejilla

Honoka: De acuerdo, lo siento, pero sí me gusta.

Maki también rió y besó a Honoka en los labios

Maki: Seguro también tienes hambre.

Honoka: Me conoces bien.

Ambas sonrieron

Maki: Vamos a que desayunes.

Honoka: Tal vez Mato me convide.

Maki volvió a reír

Maki: Eres una pervertida.

Honoka: No... mucho, pero es tu culpa.

Ambas volvieron a reír y bajaron las escaleras rumbo a la cocina, ahí estaba la señora Nishikino desayunando

Honoka: Buenos días, suegra.

Maki: Buenos días, mamá.

La señora correspondió el saludo, las chicas también saludaron a la sirvienta, esta también correspondió, Maki y Honoka se sentaron a la mesa y la sirvienta les sirvió de desayunar

Kikuko: ¿Cómo amaneció la pequeña?.

Maki: Bien, hambrienta como siempre.

Maki y su madre dieron una ligera risa

Kikuko: ¿Hoy trabajas, Honoka?.

Honoka: Sí, debo irme en media hora.

Kukiko: ¿Y te levantaste tan tarde?.

Honoka: Es que alguien se adueñó del baño y no me dejaba bañarme.

Honoka miró acusadoramente a Maki, esta dio una pequeña risa

Maki: Lo siento, pero es que me quedé dormida en la bañera.

Honoka: Es que la niña no quería dormirse anoche, Maki se quedó con ella hasta no sé qué hora.

Kikuko: Ya veo, Maki era igual cuando niña, me tenía hasta la madrugada siempre.

Maki: Lo siento, ahora entiendo lo que decía la directora con que esperaba que hubiéramos descansado muy bien antes de que naciera la niña.

Inesperada LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora