Capítulo 35

933 113 19
                                    

Friendly reminder: si te gusto el capítulo deja una ☆ y/o un comentario para hacérmelo saber♡

Esa noche no pude dormir.

¡Le gustaba a una chica, yo que soy una chica!

A la mañana siguiente a las diez y media ya estaba desayunando con ellas y como Katherine dijo: Mía comió lo mismo que yo pedí.

Ese día...

ACTUALIDAD

Paré de hablar cuando me di cuenta que en ese día Mía estaba con Alexander en su habitación a la tarde y...

fruncí mi ceño.

—Así nos conocimos—sonreí—Nos pusimos de novias hace como un año igual, nunca fuimos claras con ese tema, pero pasó... algo y aclaramos todo.

Oliver se mostró sorprendido y sus ojos se perdieron. Fruncí mi boca.

—¿Y... y siempre se esconden?—asentí tranquila.

—Sí, Mía es una figura pública en la ciudad y lo mismo pasaría conmigo en el pueblo, tampoco podría irme al otro lado del mundo solo para agarrar su mano. Es complicado...

—Pero ¿no es agobiante? Lo siento si te mole--

—Sí, soy una adolescente que quiere gritar al mundo lo que tiene y tengo a Mía pero... si es agobiante pero no quiero dejarla.

Es más complicado que eso.

>Sé que lo es más para ella ya que tiene muchas cosas que lidiar y estar conmigo la ayuda como estar con ella me ayuda a mí.

>Solo podemos ser nosotras en la casa de Alister—miré hacia donde estaba Alexander y sus ojos estaban viéndome.

Conocía esa mirada.

>Seguro en unos años nos aburriremos y nos arrepintamos pero por ahora estamos bien.

—¿Por qué lo dices?

—Somos "jóvenes" Oliver, como dije antes, es tedioso estar en la oscuridad jugando al hide-and-seek (escondidas) todo el día. Yo lo sé, ella también.

>Pero son muchos años que nos gustamos y tirarlo a la basura solo por miedo eso sí sería más aburrido.

>Encima nos gustamos mucho—sonreí sin evitarlo—Sé que ella nunca haría algo que me lastimaría, yo confío en ella y ella en mí.

—Ay Dios, no quiero escuchar esto—reí a lo que dijo Alex.

—Cállate que alguien me dijo que estás igual—sus ojos se cerraron—Bueno ¿ya estás para irnos?

—Sí, espera que me ponga otra remera no me convence esta—asentí.

—Agarra una mía, cualquier cosa—el chico de pelo negro musitó.

—¡Claro!

—¿Era... era necesario que aclares sobre tu relación?—rodé mis ojos.

Alexander (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora