Capítulo 1

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No hay sol, hace frío pero ese hilillo de luz no me deja seguir durmiendo. Vamos qué pasa sol, es domingo nada por hacer, déjame disfrutar mi último día de vagancia, mañana empiezan mis clases en la universidad y créeme no estoy tan animada por el traslado que me obligaron a hacer.

-Clara, hija, despierta ya son las 10 y debemos hacer las compras para mañana, estoy muy emocionada por que conozcas a tus nuevos compañeros

¡Ay no! Es mamá, son las 10 de la mañana y yo lo siento cómo si fueran las 6.

-Ya voy,  mamá. Me bañaré antes.

-¡Apúrate! El desayuno ya está servido.

Toalla, toalla ¿Dónde estás? ¡Oh! Ahí te escondías, rayos mi cuarto sí que está hecho un desastre, como mi vida con esta mudanza. Agua tibia, si qué relajante ahora no quiero salir de aquí, adoro sentir cada gota que cae sobre mi piel, en estos momentos quisiera ser una gota y fluir sin preocupaciones, sin rumbo ni direcciones. Cierro los ojos y las gotas caen, no siento el tiempo, no quiero salir.

-¡Clara! Ya llevas media hora allí dentro, no desperdicies el agua que hay mucha gente que la necesita.

Y allí vamos otra vez…

-Clara, ¿ya?

-No sé que ponerme

-Ropa

-Ya sé pero no me decido

-Entonces sal calata y apúrate

-No estás ayudando, mamá

Suéter púrpura, una blusa a cuadros debajo, un pantalón jean azul, botines marrones que combinan con mi bolso. Ahora peinarme pero la vida es muy corta como para desperdiciarla peinándose, aunque hoy es gratificante hacerlo.

-Lechuga, pollo, huevos, pan, tomate, yogurt, galletas, queso, mermelada, arroz, jugos, todo en orden.

-¿Y dónde están las frutas que te pedí? Clara tienes 18 años y no es posible que tan joven ya andes olvidándote de la cosas, hija

-Ya voy a buscarlas, lo siento.

Frutas, frutas ¿qué frutas eran? Ah ya recuerdo: naranjas, uvas, fresas, papaya, peras, manzanas, toallas, desodorante, champú…

-Lo siento, yo… (Wow que sexy, sus ojos, su pelo)

-Lo siento… Hola, no te preocupes todo bien, aún no lo he pagado -ríe.

-Esta bien, yo andaba distraída fue mi culpa –me sonrojo.

-Me llamo Andrew, y ¿tú eres? -mueve su cabello para el costado mientras me mira

Tiene una mirada muy intensa, siento que hasta puede leer mis pensamientos, si tan solo podría ser mío, es perfecto.

-Hola, ¿estás bien?

-Cla… Clara, me llamo Clara –tartamudeo, trágame tierra- Bueno, ha sido un gusto, debo buscar algunas cosas que olvidé, adiós- me sonrojo y salgo casi corriendo

-El gusto es mío, nos vemos Clara -dice mientras me alejo

Chicos, siempre son ellos por qué estás cosas me tienen que suceder a mi y justo hoy, no podría ser peor. Listo tengo las frutas, iré con mamá, al menos con ella todo es casi normal.

-Hoy manejas tú, iremos a comprar ropa y  los útiles que te faltan

-No mamá, no quiero manejar hoy.

Entramos al auto y lo enciende, me estremece el cuerpo pero pronto recuerdo la mirada de Andrew, sus ojos azules, su pelo, quisiera tocarlo y que el tiempo se detuviera.

El sueño del Lugar ExactoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora