Capítulo 2

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Mismo día, en otro lugar de la misma ciudad.

-Pero qué hermoso día, es claro y dan ganas de todo –digo esto mientras me estiro en la cama

Hoy escucharé reggaetón para subir estos ánimos, tengo todo listo para ir al gym, hoy se suda y se mejora este escultural cuerpo, es excitante saber que muchas chicas se mueren por mí y que aun no hay chica digna de este corazón.

Hola guapo, que bien te ves hoy. Estos bíceps no se hacen solos, es hora de ir al gym.

-Ya vuelvo, mamá

-Hijo, ¿a dónde vas?

-Al gym, ya regreso

-Pero aún no has desayunado

-Cuando regrese desayunaré, mamá

-¡Desayunas ahora o no sales!

¿Por qué no me deja en paz por al menos un día? ¡Un día!  Tengo que llegar al gym como máximo a las 8:30 para al menos entrenar 3 horas. Mamá apúrate, por favor.

-Andrew, saliendo de tu gym te vas a comprar lo que te falta, te recomiendo que revises la mesa de centro antes de irte

-Si me dieras dinero sería más fácil comprar

-¡Qué revises la mesa de centro antes de irte te dije!

-¡Ya! No es necesario que grites, no estoy sordo, nos vemos

Haber, un  sobre blanco ¿habrá dinero dentro? Mínimo debería haber.

-¡Oh! No es cierto ¡Es una tarjeta de crédito! Mamá te amo y dile a papá que lo amo también, en serio se pasó

-Maneja con cuidado, por favor

Tengo que ir rápido, llevo 20 minutos de retraso y el tiempo es oro. Hoy toca 2 horas de piernas y 30 minutos en la caminadora. Espero que Jake haya llegado a tiempo y me guarde un casillero.

-Andrew ¿cómo has estado hace mucho que te veía? –me abraza

-Sara, linda, todo bien ¿tú? ¿Vienes a este gym también? –sonrío

-Claro, me inscribí hace como una semana pero recién tengo el gusto de verte. Te ves más atractivo ahora, recuerdo que en el cole solo eras un pequeño y tímido flacucho –ríe

-No me causa tanta gracia pero las personas cambiamos o ¿no? –le guiño un ojo

-Lo sé, Andrew. Y la carta que me escribiste el último día de clases es el mayor tesoro que guardo de la secundaria –me mira con ojos seductores- iré con mi entrenador personal, nos vemos –sonríe

Aún recuerdo esa carta, me gustaba mucho esa chica y veo que aún no la olvido, como tampoco olvido su mirada pícara cuando quiere algo de mí pero esta vez no seré yo quién esté tras ella haciendo todo lo que pide.

-Jake, bro! Hay casillero disponible

-Bro! –Chocamos brazos- claro reservé uno para ti, llegaste tarde hoy, ¿por qué?

-A mi señora madre se le dio por prepararme el desayuno hoy y me hizo salir tarde pero valió la pena –le muestro mi tarjeta de crédito gold

-¡Por fin bro! ¡Este fin de semana que viene la reventamos con todo!

-¡Con todas las de la ley!

-Bueno ahora vamos que ya nos hicimos tarde, go gym

Termina el entrenamiento se mira al espejo y, hace fuerza para ver su escultural cuerpo, luego se mete a la ducha y por último se cambia.

-Bro! Mi carro está en mantenimiento, ¿me llevas?

-Claro, Jake, que falta de confianza la tuya

Se despiden de todos, incluso de Sara. Ya en camino a casa de Jake

-He visto que la chica nueva te ha estado mirando

-¡Ah! –suspiro como recordando viejos tiempos- Ella era mi amor platónico en el cole, le escribí una carta a final de año y aun se acuerda

-Broooooooo!! La fácil la haces, te estaba coqueteando y no esta nada mal

-No lo sé, bro. Que sufra un rato, ya no soy el mismo chiquillo que estaba detrás suyo todo el tiempo, han pasado años ya y no sé como será ahora

-Deberías invitarla a salir, a comer o al cine… antes que te gané yo –ríe

-Bro, como que ya llegamos a tu casa –reímos

Jake baja del carro, despidiéndose y se acerca a la puerta pero su madre le gana y abre ella. Andrew se despide y va rumbo al supermercado

-Vamos a ver que compramos con este bebe –dice mientras besa su tarjeta

Pone sus auriculares y empieza a moverse al ritmo de la música, ya ha terminado sus compras, va hacia el cajero rientras canta la canción del momento:

”Yo no quiero ni saber su nombre, solo quiero una oportunidad…”

-Lo siento, yo…

-Lo siento… Hola, no te preocupes todo bien, aún no lo he pagado -río.

-Esta bien, yo andaba distraída fue mi culpa –dice y se sonroja.

Tiene una mirada muy linda y tierna

-Me llamo Andrew, y ¿tú eres? –la miro e intento seducirla

No me ha respondido, que estará pensando, si supiera que yo no hablo así no más a las personas, estaría muy alagada de que esto pase…

-Hola, ¿estás bien?

-Cla… Clara, me llamo Clara –tartamudea- Bueno, ha sido un gusto, debo buscar algunas cosas que olvidé, adiós –sale corriendo

-El gusto es mío, nos vemos Clara –río

Esa chica me ha intrigado mucho pero se ve muy tímida como para hablarle más, igual es muy hermosa. Y yo aun sigo sonriendo

Llego a casa, mamá ha preparado la cena pero no tengo hambre, comí algo en el camino así que me despido de todos y voy a mi habitación. Me cambio y prendo la tele para ver el clásico, hasta quedarme dormido.

Una casa en el bosque, se ve antigua y un poco tenebrosa, hay varias personas pero no logro reconocer a nadie, parece que hay cerca un río, el sonido es tranquilizador. No logro articular palabra alguna por más que quiero, ¿qué está pasando aquí? ¿Ella es la chica del súper mercado? ¿Clara? Me he obsesionado tanto con ella que la veo hasta en mis sueños. Nos sentamos alrededor de una mesa circular, nos cogemos las manos en forma de oración. Veo a Clara frente a mi, igual de serena y rojiza.

Suena el despertador, ya es hora de empezar un nuevo día y un nuevo ciclo de mi carrera. 

El sueño del Lugar ExactoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora