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Segunda parte.
—¿Nos vamos?
—Claro, vamos.
El sendero para ir a Hogsmeade era largo y estrecho, alrededor del camino había césped que de sierra forma se miraba que no lo habían cuidado mucho últimamente porque comenzaba a verse marchito, trate de no pensar mucho en lo que estaba sucediendo, tenía que tranquilizarme si quería que todo esto saliera bien, sin embargo, mis ojos no podían mantenerse en un solo lugar, me era meramente imposible no hacerlo parecía una delincuente con miedo a que la atraparan en cualquier momento.
—¿Estas bien Fer? —Me preguntó Lysander.
Su mirada era nerviosa igual que la mía, aunque él siempre la disimulaba muy bien con su sonrisa, al parecer la felicidad le ganaba a los nervios, o al menos es eso lo que me transmite su mirada, tengo que pasar este día bien, me desahogare y seré yo misma.
—Lo siento, estoy algo nerviosa —lo solté para después empezar a tocar mi cabello y enredar mis dedos en el.
—No tienes por qué estar nerviosa —me puso la mano sobre el hombro, después de hacerlo se arrepintió y lo dejo caer rápidamente, ese pequeño contacto entre ambos hizo que mi corazón se acelerara un poco y mis mejillas pecosas se sonrojaran ligeramente —todo estará bien, no te preocupes.
—Pensaba en qué podríamos ir primero a Dervish y Banges, me han contado de unos artefactos interesantes que podemos adquirir ahí.
—Si también oí hablar de ellos, ¡vamos! —contestó Lysander emocionado.
Seguimos platicando el resto del camino, me sentía cómoda al estar con él y por lo que podía notar también Lysander, fuimos a varios lugares en Hogsmeade en uno de ellos me topé con unas amigas de Gryffindor incluyendo Rose, cuando me miro se puso a hacerme todo tipo de señas en señal de aprobación. Afortunadamente Lysander no se dio cuenta.
