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Otra vez estaba sucediendo y no entendía porque es que sucedía, era como si alguien me odiara, no sabía porque es que pasaba, y la verdad estaba muy preocupado.
Lola me olvidaba y no sabía porque, cada semana era lo mismo, estaba seguro que no estaba jugando conmigo, pero algo sucedía que siempre me olvidaba, y lo peor era que solo a mí, todos sus recuerdos sobre mí se desvanecían los lunes.
Trate de ir con maestros a ver qué era lo que sucedía, pero todos me decían que yo era el que alucinaba, que Lola era una alumna ejemplar y que lo más seguro era que estuviera molesta conmigo porque no presentaba ningún rasgo de amnesia.
—Lola soy yo James ¿me recuerdas?
—Perdón, pero no te conozco.
—Lola si tan solo trataras de hacer memoria un poco y... —la agarré del hombro frustrado. Ella apartó mi mano de un manotazo.
—Lo siento, pero no te conozco y no me interesa conocerte, es la tercera vez que me lo dices en el día, si estás tratando de hacerme algún tipo de broma no funcionará conmigo.
Se fue corriendo de mi lado, ¿qué había hecho para merecer esto?
Lola fue mi novia desde quinto grado a la mitad del sexto, éramos la pareja de Gryffindor más popular que había, sin embargo, desde hace dos meses todos los lunes ella olvidaba cualquier cosa en la cual yo estuviera presente, las primeras veces trate de presentarme como la primera vez y fuimos forjando una amistad desde cero, pero no valía la pena porque sus recuerdos se reiniciaban.
