Cinco

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Esas palabras fueron como un golpe de frío,pero no ese frío que paraliza,sino el que mesura, sosiega y...¿Qué fue eso otro que sintió? No lo hubiera podido poner en palabras jamás. Levantó su mirada del piso y la posó en esos ojos violeta,que parecían saberlo todo.

-Es mi primer día-dijo con serenidad-Posiblemente me este confundiendo con alguien más.

Los demás podían confundirla,él no. Supo quién era desde el primer instante en que la vio. Tenían el mismo ki y aunque su aspecto era un poco diferente, Merodi estaba ahí en gloria y majestad. El como y el por qué,ahora era un chica, también fueron fáciles de deducir para Whis. Lo que no fue tan fácil de comprender era lo que ese cambio,en la muchacha, le causó. Por un lado lo considero un acto irracional,absurdo y, contrario a lo que algunos pudieran suponer,
nada halagador. Pero por otro lado una parte de su persona se estremeció con eso. No lo suficiente como para causar una conmoción o controversia en él,pero lo justo para no que no pasara inadvertido. Lo que si le causó cierta extrañeza fue la reacción de la muchacha,ahora convertida en un joven de nombre Haru.

A la misma Merodi le desconcertó su actuar,empero  procedió con lo que se le había encomendado,con una actitud distante. Como Whis no hizo más comentarios al respecto,la muchacha le pidió la siguiera y partieron al lugar señalado por Bulma.

Una vez en el restaurante,cada quien se dedicó a lo suyo, aunque Merodi se fue por completo a sus pensamientos,
pues no lograba entender que había sucedido. Su corazón ya no era una manada de caballos desbocasos,sino una manada de caballos pastando bajo el cielo azul. A momentos miraba a Whis,que no dió más señales de saber quién era y se comportaba como siempre lo vio hacerlo. Lo tenía tan cerca y lo sentía tan lejos ¿Por qué?

Discretamente miraba sus manos y regazo,como si la respuesta estuviera en su nuevo cuerpo. A ratos,Merodi,veía por la ventana después miraba los platos,las demás mesas y las manos comenzaron a sudarle,mientras la pierna derecha comenzó a subir y bajar en un temblor provocado por sus angustiados nervios.

-¿Se siente bien?-le preguntó Whis-Parece algo agitado,joven Haru.

-Sí,disculpe,ya vuelvo-le dijo y se levantó para ir al baño.

Por costumbre entró al de mujeres. El grito de una chica la hizo salir pidiendo disculpas y así,medio avergonzada,entró al sanitario masculino tratando de no mirar a los hombres allí, concentrándose en su reflejo en el espejo.

Mirarse le seguía siendo extraño,
pero no más que esa reacción que tuvo frente a Whis. Metió la cabeza bajo el chorro de agua y ahí se quedó por un buen rato,
intentando dar una explicación a lo que ni siquiera entendía. Podía ser que al ser un hombre,Whis perdió atractivo para ella. Era una posibilidad. No,un sentimiento no desaparece así nada más.Tenía que ser otra cosa. 

-No imaginó lo terrible que tiene que ser verse en el espejo,
estando en el interior de un cuerpo que no es el suyo-comento Whis a sus espaldas.

La repentina declaración la hizo levantar la cabeza abruptamente y golpearla,contra el grifo. El impacto sonó bastante fuerte y le dolió mucho,por lo que Whis pudo apreciar en ese pálido semblante.

-No fue difícil descubrir su verdadera identidad,señorita Merodi-le dijo el ángel.

Desde luego hubo sorpresa en aquellos profundos ojos marrones,pero no tanta. Lo que si había en abundancia era vergüenza,pero una que ni ella entendía a que obedecía.

-¿No dirá algo al respecto?-le cuestiono,Whis,después de varios minutos.

-Yo...-murmuró Merodi-Yo sólo quería...

¿Qué quería? Gustarle a él,pero en la situación en la que estaba sonaba ridículo. Sin embargo, en ese momento,no pensaba en eso. Lo que ocupaba su cabeza era encontrar un motivo a esa sensación de ansiedad que le estaba volviendo la respiración,
un resoplido. Y es que aúnque ella no fuera consciente de ello, en el fondo sentía un gran enojo. La razón era bastante sencilla, Whis,a propósito o no,la humilló. El tono de voz,la mirada y las palabras que uso,para rechazarla,fueron una hoja de espada que le dejó varias heridas a su amor propio,como a su amor por él. Ere ese enojó el que se estaba manifestando en ese momento. La ira previa a la tristeza y posteriormente al dolor del rechazo,algo que no vivió por precipitarse.

Tenía ganas de arrojarle algo a la cara y a la vez de echarse a llorar tendida en el piso,mas ninguna de esas cosas le resultaba una acción muy sensata o digna, aunque tampoco encontraba la forma de escapar de esa situación tan embarazosa. Miraba a Whis y no quería imaginar que pensaba de ella,en ese momento.

Ya fuera por lástima,al verla tan descompuesta o por esa parte de él,acariciada por lo hecho por Merodi,Whis se mostró ligeramente condescendiente y le explicó quien era él realmente. Eso después de calmarla un poco.

Dioses de la destrucción,ángeles, guerreros casi divinos;todo eso era algo muy grande para un humano ordinario y Merodi era uno de esos. Asimilar toda esa realidad,a la que ese individuo pertenecía,lejos de devolverle la paz a la muchacha,la aturdido más. Aunque comprendió bien, que entre ella y Whis,existía un abismo imposible de cruzar. Él no sólo no era humano,sino que pertenecía a una estirpe muy por encima del hombre y dedicada a cosas tan colosales,que una declaración amorosa era tan irrelevante como un grano de arena en el desierto.

-Lo siento-fue todo lo que escapo de boca de Merodi y al salir cargado de tristeza,sonó grave y quedó pensando en el oído del ángel.

Si una disculpa era lo correcto o no,nadie podía decirlo. Desde el punto de vista de ella,era lo único que podía decir después de escuchar que estaba en presencia de un verdadero ángel,mano derecha de un dios. Su enojo estaba algo sofocado. Se sentía fuera de lugar y como una total imbécil. Ni las palabras de Whis,que fueron gentiles en esa ocasión,lograron sacarla de ese lugar oscuro,en el que se sumergió.

Un par de hombres entraron en el baño y eso los hizo salir de allí para volver a la mesa. Allí se quedaron otro rato,pero Medori se ausentó por completo de ese cuerpo,que quedó a merced de los indagadores ojos de Whis.

A ella no se le ocurrió y tampoco se hubiera atrevido a solicitarselo,pero el ángel bien pudo ayudarla a salir de ese problema. No sólo la tierra tenía esferas del dragón,pero claro Whis no tenía motivo para tomarse una molestia semejante, aunque tampoco tenía un motivo para no hacerlo. La chica volvería a la normalidad y todo como antes,dejando muy atrás esa serie de acontecimientos.

Una vez terminó de comer le anunció que partiría,pidiéndole le diera las gracias a la señora Bulma. Estaban en la calle,
Merodi con un dolor de cabeza terrible,pero eso no la libró de una bofetada que por poco la tiró al piso.

Una chica de cabello rubio salió como de la nada y la agredió ante  la vista del ángel,que dió un paso al costado para que Merodi no le cayera encima.

-Eres un cretino,Shen y para colmo,pensabas irte ¡huyendo de todo esto!-le grito la chica a Merodi.

En la casa de la muchacha,
pegada a la nevera,habia una nota:

Querido Haru.

Tuve que irme en un viaje urgente. Se un buen hermano y si mi novia aparece,dile que eras tú el que se beso con la chica en el bar.

Te quiere Shen.

  

Lo que yo queríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora