Ocho

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Merodi tenia los brazos extendidos a los costados. subitamente se metió la mano bajo la camisa y se rasco el abdomen antes de ponerse de costado para seguir durmiendo, pero terminó abriendo los ojos lentamente. Lo primero que vio fue a una niña,un perro y un duende reclinados sobre ella. Pensó que estaba soñando,hasta que el duende le dió un punta pie en el costado, haciendo que se sentara rápidamente.

-¡Oye! Prometiste que nos apartarias una buena parte de los mejores platillos ¿Qué estas haciendo aquí descansando?-le increpo Pilaf.

-¡Ay no!-exclamó el muchacha y se levantó para volver a la fiesta, pero terminó cayendo de cara al suelo.

Se incorporó frotándose el rostro y miro a su costado. Ese niño la había hecho caer.

-Escucha Haru-leyó el nombre en el gafete-Por tu bien,será mejor que cumplas tu parte del trato o le diremos a todos quien eres realmente.

Merodi lo miró sin entender a la primera,pero después de nervios se le trabó la lengua y apenas si pudo decir que no sabía a qué se refería.

-Es muy simple muchacho, tú eres la señorita Merodi. La chica que trabajaba en administración-le dijo Pilaf.

-¡Estas equivocado! Verás ella y yo somos hermanos gemelos...

-¡A mi no me engañas! ¡El día que se robaron las esferas del dragón, tú fuiste la última en entrar a esa habitación! Lo recuerdo muy bien.

Merodi arqueo una ceja y se puso a recordar. Para robar las esferas del dragón,primero corto el suministro eléctrico. De esta forma quedaba inhabilitado el sistema de seguridad y cuando salía de esa habitación,fue que se encontró con esos niños. Les inventó algo para justificar su presencia allí,logrando distraerlos y que no notarán que ella había ingresado a ese lugar. Con todo lo que traía en la cabeza,no recordo nada de eso hasta ese momento. Pudo seguir negando,pero en lugar de eso sus ojos se llenaron de lágrimas estallando en un llanto silencioso,pero abundante. Lo admitió todo y hasta les contó la razón por la que lo hizo,pero se guardo muy bien el nombre de Whis.

El trío se terminó por conmover con la historia de la muchacha (dos de ellos) y acabaron por contarle que ellos también usaron las esferas del dragón. Claro que una cosa es rejuvenecer y otra es cambiar de cuerpo por uno del sexo opuesto. Sin embargo,observar a esos tres le dió a Merodi,una extraña calma y mientras discutían por una tontería,ella se sonrió. Les dijo que iría por la comida,para volver al trabajo,yendo hacia el lugar de la fiesta con un ánimo mucho más fresco,pero cuando llegó allí y por casualidad miro a Whis,en la distancia,la tenue sonrisa se le borró.

Sus ojos tuvieron un breve encuentro que Merodi,terminó volviendo su atención a su trabajo. Whis en cambio la miro un poco más. Observó sus movimientos al levantar una bandeja,al ofrecer las copas,al desplazarse entre la gente,al hablar y hasta los que hacia al respirar,pero pronto perdió interés. Merodi volvió con Pilaf y compañía,para darle los platillos prometidos. Estos la invitaron a comer con ellos para que se relajara un poco y así se quedó con el grupo hablando un rato. Escondidos entre unos arbustos,nadie los vio y tampoco noto su ausencia.

Al volver a casa Merodi,sólo se dejó caer en el sofá. Haber observado el comportamiento de esos tres la hizo reflexionar bastante. Ellos eran adultos,pero de comportaban como niños casi todo el tiempo. De no haberle dicho la verdad,nunca hubiera considerado esa posibilidad. Actuaban como infantes y no le pareció que fuera sólo por fingir, sino porque su cuerpo los obligaba a eso. A ella le pasaba algo parecido. Desde que era un hombre no podía evitar ser más brusca en sus movimientos, aunque en su caso se esforzaba por no verse demasiado masculina. Era complicado,pero se resistía mucho a entregarse a ese nuevo cuerpo,pues a ratos se sentía como desvaneciendose dentro de ese vehículo de carne.

Ver a Whis otra vez,no le provocó ningún impacto ¿A dónde se fue su amor por él? No dejaba de hacerse esa pregunta,pero le había surgido otra ¿Realmente lo amo? Siempre supo que él,no era de este mundo. Que era un ser diferente,aunque entonces no supiera cuanto. Aún así se permitió amarlo,pero quizá lo amo como se ama una estrella. En una eterna contemplación porque,desde el inicio,lo sabes imposible,empero alimentas ese sentimiento como un idiota demente que entrega cada partícula de sí,a un ídolo que ni siquiera sabe que existes. Tal vez amo la idea de amarlo sabiendolo inalcanzable y en sus fantasías: perfecto para ella.

Porque él era inaccesible. Implícitamente prohibido,pero más que todo no resulto como esperaba que fuera. Cuando se le declaró,lo hizo sabiendo que la rechazaria,pero pensó que seria más gentil y aunque le rompiera el corazón,lo haría con tacto;pero no. Fue frío,hasta cruel y esa mirada de desdén...

Lo descubrió entonces,no era su nuevo cuerpo el que influia en sus sentimientos,ni el rechazo: era la desilusión,eso congelo su amor. Saberse,ahora,enamorada de una fantasía,de algo que simplemente se inventó. El sueño se desvanecia y ella seguía tratando de volverse a dormir,sin razón, sólo por el gusto de querer.No avanzaba,no retrocedía; estaba estancada. Realmente era estúpida. Cambio tanto para nada producto de un arrebato ¿O no lo fue? Pensar era cansado y ella no estaba habituada a eso. Comenzaba a dolerle la cabeza. Por ese día fue suficiente,se levantó y fue a acostarse en su cama. Se bañaria por la mañana, esa noche sólo quería dormir.

Whis llevo de regresó a su señor a ese mundo vacío,donde el dios planeaba dormir otras cuantas semanas. Lo oía y le respondía, aún teniendo sus pensamientos concentrados en desentrañar sus propios anhelos. Le costaba aceptar algo tan simple y tan característico de los mortales, pero no había otra respuesta. Miro de reojo al dios a sus espaldas. No era el tipo con el que se podía caer en una charla existencial,pero tampoco era lo que buscaba,sólo lo miro como quien ve su reflejo difuso en un charco de agua ¿cuanto de él se había adherido a su señor y viceversa? De la coraza de ambos más de un fragmento se habría caído en esos años de convivencia. Suponía que parte de esas necesidades de mortal adquiridas,le habían ido socavando en su propia escencia.

Merodi despertó como si hubiera sido pateada del mundo de los sueños. Es que estaba en medio de un extraño recuerdo de infancia. Uno donde ella y su hermano se cambiaron de ropa para confundir a sus padres. Ella se puso pantalones y su hermano vestido. Nadie notó el cambio y jugaron asi por días antes de que su padre los descubriera. No se enfado,al contrario,cada vez que tenía la oportunidad de contar esa anécdota,lo hacían. "Son iguales" como detestaba esa frase. Quizá sólo quería cambiar de aspecto y no lo hizo por Whis realmente,sino por ella misma. Para ser finalmente distinta a su hermano,pero las cosas no salieron como esperaba. Lejos de ser diferente a Shen,se volvió igual a él. Hizo un puchero y se levantó,para ir por un vaso con agua,mas entonces advirtió una sombra en el balcón de su habitación.

La silueta era distorsionada por las luces de la calle,pero nadie sube a un balcón a las cuatro de la mañana con buenas intenciones. Su hermano nunca entraba por las ventanas y menos la una del segundo piso,le temía a las alturas. Merodi tomó un trozo de tabla,que usaba para tener la puerta entreabierta,y con con el,en la mano se aproximó a la ventana. Ahora era hombre,tenia más fuerza así que tenía pensado darle una lección al intruso,pero al salir al balcón todo lo que vio fue una sombra granate,que creyó se movió a la izquierda. Al ser un balcón tan angosto y moverse tan imperiosamente,Merodi por poco pierde el equilibrio cayendo por encima del barandal,mas algo evito que eso pasara y al reaccionar,estaba sentada en el piso del balcón.

Miro a su costado y se quedó viendo a su visitante por un largo rato,antes de hacer la pregunta que cualquier persona hubiera hecho en dos segundos:

-¿Qué hace aquí,Whis?

Lo que yo queríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora