_El pergamino_

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-¿Así que pasaste la noche en la casa de la menta esa? ¿Qué hicieron exactamente? -preguntó Eda con sonrisa pícara.
-¿Um? Bueno, es una larga historia...
En realidad, fui al mercado pero Amity me atacó pensando que eras tú, ella me iba a entregar a Belos, pero al final no lo hizo. Entonces me llevó a su casa para pensarlo y dormimos juntas hasta que Edric y Emira nos cacharon. Y pues llegué aquí, dónde Lilith me castigó, Amity se fue y ahora estoy platicando ustedes -respiró profundamente, lo había dicho tan rápido.
-¿Entonces durmieron en la misma cama? -preguntó Lilith y la joven asintió sonriente. -¿Con lindas pijamas? -volvió a asentir. -¿Y tú y ella...? No. Nope, nope, nope, nope.
¡LUZ! AMITY NO TE HIZO NADA RARO, ¿VERDAD? -Lilith agitaba a Luz de los hombros. La morena parecía confundida.
-Bueno, ella me abrazó de la cintura cuando estábamos subiendo a su habitación. Se sintió raro, pero no importa realmente.
La pelinegra volvió a estallar en ira.
-¡ESA PINCHE MENTA ME VA A ESCUCHAR! SE ATREVIÓ A TOCAR A MI NIÑA!! AGHHG
¡VOY A MATARLA!
-Okey, Lilith. Ya cállate y deja que la niña disfrute su adolescencia.
Además, su pretendiente tiene dinero. Le doy la mano de Luz
-¿Porqué le darías mi mano? Suena aterrador -exclamó asustada la humana. Lo había pensado de forma literal. Las hermanas se dieron un sape mental, Luz era demasiado inocente. -Bueno, ya platicaremos mañana. Hoy estoy algo cansada.
Luz bostezó, y las hermanas asintieron sonriéndole.
-Anda niña, vete a la cama. Mañana te toca clases de sensualidad con esta chica -simuló disparos coquetos a la humana, y ésta rió.
-No tienes perdón, Edalyn.
-Y tú no tienes novio, Lilith.
Lilith se quedó callada. La hermana menor sonrió, había ganado la discusión.
La morena solo se rió y subió a su habitación. Observó al pequeño King, quien dormía plácidamente en el rincón de su saco de dormir. Acarició su pelaje y sonrió al sentir como este soltaba un pequeño ronroneo. Sacó debajo de su almohada un glifo, y lo activó. En su saco de dormir apareció una ilusión de ella fingiendo estar dormida.
La morena se colocó su vieja capa morada y le dió una última mirada a King antes de saltar por la ventana.





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Amity se aventó a la cama desmayada de cansancio, había sido un día demasiado agotador.
Prendió su teléfono, y se adentró a una aplicación especial. Una aplicación de rastreo.
Luz todavía seguía siendo esa chica torpe y amable que la tenía como boba, pero sobretodo, era ingenua. La dama búho tenía razón, cabía la posibilidad de que engañaran a la morena con la facilidad con la que engañarían a un niño, y Amity no quería arriesgarse. Así que cuando las hermanas Clawthrone discutían, había instalado un pequeño rastreador en la cabeza de Owlbert.
Finalmente configuró los datos, pero se sorprendió al saber que la posición de la humana no era la casa búho.
Su ubicación daba que ella estaba en...

-¿El mercado de las magias negras?




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Cierta humana encapuchada merodeaba entre la gente, tenía en su mano un papel
"Dimitri Trimidi"
Era el nombre del sujeto que buscaba. Según un vendedor, le había asegurado que él poseía la pieza que buscaba. Entró a un callejón solitario, y hasta el final de éste, lo vió.
"Los encantamientos de Dimitri"
Respiró profundo y entró. Para su fortuna, la tienda estaba completamente sola. Se acercó a la mesa de servicio, y golpeó suavemente la mesa con sus nudillos.
Una sombra púrpura oscuro se materializó frente a ella, un joven albino de traje púrpura.
-¿Dimitri Trimidi?
-El mismo, nena. ¿Qué buscas? -preguntó coqueto. La morena le extendió un papel.
-Oh, ¿Buscas el pergamino de Domino? -la chica asintió. -Temo decirte que ya no está en mis manos, querida.
La morena se sobresaltó.
-¡¿Qué?! ¡Pero si ayer todavía la tenías!
-Serena morena. Hace rato vinieron unos sujetos extraños, y la compraron.
-Lo entiendo -soltó desanimada. -¿No hay otra copia o algo parecido?
El muchacho negó con la cabeza, y la morena rendida salió del lugar con ganas de llorar.
Caminó entre las vagas multitudes de extraños, pero se sintió observada al salir del lugar, mientras las personas comenzaban a escasearse hasta dejarla sola. Dejó de lado su tristeza, y la sustituyó por preocupación. Estaba cerca del bosque, en cuanto llegara a este saldría volando.
Impaciente comenzó a caminar más rápido, y la persona que la seguía también lo hizo. El sentimiento se extinguió de un momento a otro, ya no sentía que la observaban. Tomó una bocanada de aire, pero no pudo expulsarla porque una mano interrumpió en su boca, y unos delgados pero fuertes brazos la aprisionaron arrastrándola al callejón desolado más cercano. ¿Iban a secuestrarla? Mierda, no.
La morena hacía lo que podía por zafarse, su captor la estampó contra la pared. Ambas miradas se conectaron.
-¿Amity? ¿Qué haces aquí? -parecía sorprendida, pero también molesta.
-¡No! ¡¿Qué haces tú aquí?! -la pelimenta lucía amenazante. -Se supone que deberías estar en la casa búho. ¿Qué diablos haces en el mercado de las magias negras? Este no es lugar para humanos.
-¿Y? No eres mi madre para mandarme, Blight -bufó molesta. Y se dió cuenta del detalle sorpresa. -Además... ¿Cómo supiste de mi ubicación?
Y Amity supo que la había cagado.
-Eso ya no importa, debemos regresar a la casa búho. ¿Que no sabes que aquí merodean muchos guardias del aquelarre?
La morena aventó suavemente a la pelimenta que todavía la tenía arrinconada.
-Sigo molesta contigo, Amity Blight. Y sobre lo de la casa no importa, de todos modos ya me iba -la humana se encapuchó de nuevo, y salió del lugar. Pero la mano de la bruja se lo impidió.
-Lo siento, Luz. No debí ser tan grosera, pero quiero saber que haces aquí. ¿Ellas lo saben?
-No, y agradecería que no se los dijeras -está vez la cara de molestia, cambió a una de súplica. -Te contaré todo, pero tienes que prometerme que no le dirás a Eda o Lilith.
La bruja asintió, y ambas salieron del mercado. Una vez lejos del mercado, en medio del bosque ambas se acercaron a una cueva y entraron a esta.
-Y ¿Bien? -preguntó Amity. No quería verse apresurada, pero cualquier cosa que le estuviera pasando a la morena le importaba.
-Estaba buscando el pergamino de Domino.
-¿Domino? -preguntó intrigada.
-Según el vendedor, el pergamino de Domino es un hechizo de gran poder capaz de liberar hasta la maldición más fuerte.
-Eda -Amity lo entendía todo. Luz estaba preocupada por su mentira, y buscaba la forma de salvarla.
-Ya no es solo Eda, ahora Lilith comparte su maldición. Ambas están malditas, y yo no he podido hacer nada por ellas. -comenzó a sollozar, y la bruja se sintió mal al ver el estado de la morena. -Ese maldito pergamino es único, y ahora se lo han llevado. ¿Cómo se supone que voy a salvarlas? L-lo único que puedo hacer ahora es ver cómo son consumidas por la maldición y se convierten en bestias salvajes. ¡No quiero eso! -su llanto incrementó. -Ya perdí a mi familia del mundo humano, no quiero perderla a esta también...
Amity la abrazó fuertemente, quería demostrarle que no estaba sola. Luz era una chica tan feliz y sonriente que verla en ese estado era desgarrador.
-¿La extrañas? -la peliverde preguntó. La morena la miró dudosa. -A Camila.
Luz la miró sorprendida. ¿Cómo sabía el nombre de su madre?
Pero eso no le importó, y el hecho de recordar a su madre la hizo volver al llanto incesante.
-Demasiado, la extraño todo el tiempo... Soy una pésima aprendiz y una pésima hija, no sé la manera de volver a mi mundo, y tampoco me esfuerzo por hacerlo. Pero siento que todo está encima de mí, la maldición, el portal, el hecho de que ahora soy una criminal.
¡TODO ME ESTÁ VOLVIENDO LOCA! -ya no aguantaba, estaba liberando todo el estrés que había cargado. Lloró como una niña pequeña, aferrándose a la espalda de Amity y arrugando su ahora no tan perfecto traje. Ahora la bruja también lloraba, no soportaba ver el dolor de la persona que amaba.
-P-porfavor, no llores... No llores -la abrazó con suficiente fuerza. -S-sé que podemos hacerlo. Hallaremos el modo.
-N-no, Amity. Tú tienes tus propios problemas, y no me gustaría que todo lo que has hecho se destruya por mí. Realmente me alegré cuando te ví después de tanto tiempo, pero creo que nuestra relación no te conviene.
Amity separó su abrazó, se sintió frío. Pero unió su frente con la de la morena. Estaba tan cerca que no creí resistir darle un beso, pero esta no era la situación para hacerlo.
-L-luz, eres una estúpida. Voy a estar contigo hasta que resolvamos esto juntas. Tú me ayudaste en el pasado, y es hora de que te devuelva el favor. A partir de ahora, es nuestro problema.




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-¡EDA! -apareció un pequeño King abrazando la pierna de la mencionada. Eda solo sonrió, conociendo al peque tal vez dramatizaría alguna situación cotidiana. King era muy exagerado. Pero su predicción fue errónea.
-¡LUZ NO ESTÁ EN LA CASA!

My Little owl lady- Lumity TOH AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora